Capital riesgo comprometido

Capital riesgo y valor social parecen dos conceptos absolutamente distantes y, por tanto, difícilmente conciliables. Pero no es así, al menos para Creas. Sus impulsores, Luis Berruete y Pedro Javier Armentia, estaban tranquilamente de vacaciones, dándole vueltas a su aspiración de aportar un granito de arena para transformar el mundo para hacerlo más sostenible y humano, cuando se les ocurrió la idea de poner en marcha una fundación dedicada a apoyar tanto desde el punto de vista financiero como de la gestión a emprendedores sociales con dificultades para desarrollar sus empresas. "Nos fijamos en los microcréditos y pensamos en trasladarlos al capital riesgo", explica Luis. "Pensábamos que no había nada parecido en el mundo y luego nos dimos cuenta de que sí, aunque no en España. Nos inspiramos en el premio Nobel Muhammad Yunus para trabajar el concepto de empresa social", dice Pedro Javier.

Bajo la óptica de que ni las empresas son malas ni las fundaciones buenas, estos emprendedores quieren explorar los límites que hay entre ambas, crear una organización sostenible con objetivos sociales. Han arrancado con un capital inicial de 150.000 euros aportados por las compañías en que siguen trabajando, pues Creas es una actividad que realizan cada una de las ocho personas que forman parte del consejo directivo de forma voluntaria. "Queríamos invertir nuestro talento, nuestra experiencia en la gestión empresarial en algo que no solamente genere beneficios, sino que aporte algo a la sociedad", aseguran. Sandra Benbeniste, que se unió un poco más tarde a Creas y forma parte de su directiva, apostilla: "Se trata de poner nuestra energía donde están nuestros valores".

El año pasado empezaron a trabajar con dos proyectos de inversión, "para ver la aceptación que teníamos entre los emprendedores", dice Sandra. Son Lonxanet, empresa dedicada a la distribución directa de productos del mar, participada por cofradías de pescadores gallegos y que destina el 50% de sus beneficios a proyectos sociales del sector pesquero, y Nexos, una central de compras responsable. Hoy Creas participa en un tercer proyecto, Fun, cuya actividad es la de reutilizar ordenadores, tiene clientes como el Banco Santander y un componente social muy importante, pues el 20% de sus empleados son discapacitados.

Actualmente el equipo de Creas estudia más de una decena de proyectos de inversión y espera seleccionar dos o tres después del verano. La fundación está dispuesta a invertir en cada empresa entre 20.000 y 200.000 euros, siempre que al proyecto se le vea viabilidad y pueda ofrecer rentabilidades de entre el 8% y el 10%. Creas pretende apoyar a los emprendedores entre tres y seis años y después desprenderse de sus participaciones para reinvertir en otros proyectos los beneficios obtenidos.

"Ahora buscamos inversores privados que aporten dinero y empresas con proyectos sociales viables con las que trabajar. Creas no tiene ánimo de lucro y su objetivo es que en dos o tres años lance un fondo de capital riesgo tutelado por la CNMV", dice Berruete. A lo que Sandra añade: "Queremos que la idea cale en otros fondos que hoy no persiguen valores o sensibilidad social. Plantar una semilla...".