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Entrevista:REBIYA KADEER | Líder del exilio uigur | Violencia étnica en China

"El Gobierno chino siempre busca un culpable en el exterior"

"El año pasado el Gobierno chino culpó al Dalai Lama de las protestas en Tíbet, ahora me culpa a mí. Es siempre la misma estrategia". Rebiya Kadeer no está sorprendida. Desde su despacho en Washington, esta empresaria que preside la principal organización de la diáspora uigur, el Congreso Mundial Uigur, responde, con la ayuda de un traductor ya que no habla inglés, a las acusaciones de Pekín, que la identifica como la inspiradora de las protestas en Urumqi, la capital de la provincia de Xinjiang.

"Yo no he organizado las manifestaciones. Es que el Gobierno tiene que buscar un culpable en el exterior para cubrir sus responsabilidades por la represión brutal a la que mi pueblo está sometido desde hace décadas", dice. Kadeer, de 62 años y que hasta hace 15 estaba involucrada en la jerarquía, como miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino -el máximo organo consultivo de la República Popular-, teme ahora por la suerte de cinco de sus 11 hijos que todavía viven en Xinjiang. Dos están detenidos y los demás están bajo vigilancia. Desde el domingo no consigue contactar con ellos. "Tengo mucho miedo. Mi familia ha sufrido mucho desde que detuvieron a mi marido en 1996 y a mí tres años después". Desde que marchó al exilio en 2005, se ha convertido en la voz en el extranjero del sufrimiento de su pueblo. A la comunidad internacional le pide "que cuente la verdad, que abra una investigación independiente, sin quedarse con la versión que la propaganda china está difundiendo", aunque con resultados contradictorios. Porque, asegura, "las autoridades no esperaban que ayer, durante la gira que organizaron en Urumqi para los periodistas extranjeros, las mujeres uigures salieran a la calle preguntando por sus maridos detenidos". Aun así, el Gobierno, en su opinión, está consiguiendo difundir su mensaje, o sea, "que los uigures que murieron a manos de la policía son en realidad los responsables de la violencia". Kadeer está convencida de que las cifras oficiales de muertos, que indican que la mayoría de las víctimas pertenecían a la etnia han, no corresponden a la realidad.

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