Mucho remate, poca puntería
España tiró a puerta 29 veces y contó con 17 saques de esquina, pero pagó su falta de acierto ante un rival que fue "un frontón"
España dispuso anoche de 17 saques de esquina y tiró a puerta en 29 ocasiones, pero sólo ocho de ellas entre los tres palos. Y, cuando atinó a colocar el balón, apareció el portero, Howard. Así que se fue del partido sin marcar por primera vez en el torneo y por tercera en los últimos 36 encuentros. Y no sería porque Fernando Torres no tratara de guiar a España por el camino del gol. Suele decir Xavi que muchas veces a The Kid sólo se le reconoce cuando marca, por lo que parece justo recordar que ayer trabajó de lo lindo para nada. En la izquierda, Torres; por la derecha, Torres; al remate, Torres. En el primer tiempo, desactivado el centro del campo, jugando los dos volantes, Riera y Cesc Fábregas, más cerca del pico del área que de la banda para abrir paso a Ramos y Capdevila, el madrileño hizo el petate y decidió buscarse la vida a veces por la izquierda y bastantes otras por la derecha. "He salido mucho a las bandas porque así le hacía daño al defensa central, pero nos ha faltado acertar", explicó Torres.
Siempre que encaró por la banda, el delantero hizo pupa y buena parte de los 11 remates de la selección en el primer tiempo fueron ocasiones generadas por El Niño, que se alejó de los centrales dispuesto a abrir vías hacia el gol. Cada vez que encaró a Onyewu, su marcador, le retrató porque carece de cintura. Así que Torres llevó peligro casi siempre, aunque sólo remató dos veces, por nueve Villa.
"Veintinueve remates a puerta. Con eso está dicho todo", resumió Xabi Alonso. "El fútbol lo pusimos nosotros. Ellos fueron un frontón", analizó Xavi. "Hay días que no entra", dijo Mata. Y Cesc apuntilló: "Remataba, remataba, y ellos la sacaban con el pie, con el culo... No hay que quitarles el mérito, pero nosotros lo hemos puesto todo".
Torres se convirtió muchas veces en el inicio antes que en el final en los ataques, por lo que, fuera de zona para el remate, resulta comprensible que rematara menos que Villa e incluso que Sergio Ramos. El sevillano, por eso de que España sacó mucho desde la esquina en el primer tiempo y parecía un delantero en el segundo, llegó a posiciones de gol con mayor frecuencia que Torres. Allí, en la suerte suprema del gol, otra vez Villa no estuvo fino. Como en otros partidos, El Guaje personificó la falta de puntería de la selección.
Torres, al que de nuevo la afición surafricana demostró su respeto y afecto con numerosas pancartas, defendió incluso la zona del área de penalti en los saques de esquina contra España en un alarde de solidaridad poco común en los delanteros de su nivel. Dispuesto siempre a asumir responsabilidades, tan pronto vio que Riera se metía en el partido convertido en extremo, por un lado, y que Ramos hacía lo propio por la derecha, volcado en el ataque, Torres pisó el área buscando el remate o los pases interiores de Xavi. Se asfixió, clavado entre dos moles en el eje de la defensa. Los centrales se dieron un festín despejando balones, así que España probó el chut desde lejos. Hasta Piqué y Puyol se animaron en el ataque. Pero no hubo manera.
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