Wagner a la fresca

Por primera vez en España, un escenario ha programado, en dos ciclos, las cuatro macroóperas de El anillo, la obra magna en la que todo está medido, cada motivo musical tiene significado y cada emoción, cada personaje y cada lugar se manifiestan en la partitura en un trabajo de orfebre al que Richard Wagner dedicó 26 años. Y ayer no solo los espectadores del Palau de les Arts lo disfrutaron. En la plaza de la Virgen de Valencia miles de personas admiraron La valquiria, con montaje de La Fura dels Baus y música de la Orquesta de la Comunidad Valenciana dirigida por Zubin Mehta.

A las 20.15, cuando cayó el telón del primer acto y el público de Les Arts ovacionaba al tenor Plácido Domingo, en el papel de Siegmund, y de la soprano holandesa Eva Maria Westbroek, en el de Sieglinde, cientos de espectadores se iban de la plaza. No importaba, muchos otros ocupaban sus sitios puesto que cinco horas y media de ópera dan para relevos. Algo que alegraba especialmente a los dueños de las terrazas de la plaza.

"Somos mayores y nos cansamos", se justificaba un caballero de 80 años que no quiso facilitar su nombre. Aunque también reconoció que se iba a ver el fútbol: "Esto es muy importante, pero juega España y también lo es". Vicente Belenguer, delineante de 57 años, se quejaba de que "con el ruido de la fuente y el paso de los coches se pierde un poco el sonido". A su esposa, Nuria Navarro, de 57 años, le agobió especialmente el vestuario de Domingo: "Entre las rastas y la vestimenta, es para que le dé un colapso".

La mayoría del público superaba los 50 años, pero también acudieron jóvenes. Como Vanessa Lozano, de 30 años, que no va a la ópera porque "las entradas son carísimas" y pedía una experiencia similar "por lo menos una vez al mes". No obstante, no se quedó hasta el final puesto que vive en Alaquàs y perdía la conexión: "Sería mucho más bonito verlo de noche". Cierto. Y mucho más al ritmo de La cabalgata de las valquirias, sin olor a napalm, al inicio del tercer acto.

Wagner inunda Valencia