El Sergas dejó sin sancionar a médicos con actividad privada
"La apertura de expedientes disciplinarios sería un problema para la prestación del servicio sanitario". Así se defendieron ayer el ex secretario general de la Consellería de Sanidade en el Gobierno biparito José Manuel Peña Penabad, y la subdirectora de Inspección de Servicios Sanitarios, Isabel Bellver Moreira, acusados de prevaricación por tres radiólogos del hospital Xeral-Calde de Lugo.
En su declaración en el Juzgado número 1 de Santiago, ambos reconocieron que en 2007 -fecha de la querella que les acusa de ignorar incompatibilidades de varios médicos de la sanidad pública- "se puso de manifiesto una situación generalizada de irregularidades en el cumplimiento de la Ley de Incompatibilidades". Pero sancionar a los facultativos del Sergas con actividad privada, afirmó Bellver Moreira, "era un tema muy complejo", por lo que el departamento que entonces dirigía María José Rubio decidió adoptar "una solución global y medidas organizativas, fundamentalmente cambiar el sistema de conciertos". Peña Penabad añadió que "se intentó actuar con prudencia" en una época de "mucha conflictividad en el ámbito sanitario, con numerosas convocatorias de huelga".
La ex jefa de Servicio de Gestión Administrativa de Sanidade, Antonia Ramón Díez, la tercera imputada, también reconoció en una carta al Valedor do Pobo en 2007 "la situación generalizada" de las incompatibilidades médicas en la sanidad pública. Aun así, reiteró Bellver Moreira, un expediente disciplinario "no era forma de resolver el problema".
Peña Penabad y Bellver Moreira tienen abierta otra causa por el mismo delito en el Juzgado número 3 de Santiago. En ese caso, sin embargo, el primero no reconoció las incompatibilidades. El pasado 30 de mayo, aseguró que no recibió ninguno de los escritos que el denunciante, un particular, le remitió para demostrar que "numerosos médicos desempeñan al menos dos puestos en el sector público" y que muchos de ellos "realizan también actividades en la sanidad privada", reza la querella.
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