El triunfo de la vieja escuela

"No hay productor más poderoso y respetado en el mundo de la televisión que Dick Wolf". La frase es de Darren Star, creador de series tan recordadas como Sensación de vivir y Sexo en Nueva York y uno de los nombres más influyentes en las altas esferas catódicas. No es sorprendente pero sí curioso que Wolf, quien empezó escribiendo algunos de los mejores capítulos de la legendaria Canción triste de Hill Street (TVE), haya llegado a la cima a sus 62 años gracias a una serie, Ley y orden, y sobre todo a sus derivadas. Tres ficciones con el mismo nombre, la misma premisa, repartos diferentes y centradas en diferentes unidades de la policía (incluyendo una triunfal franquicia en Reino Unido), que están en los antípodas de las tendencias que marcan el camino de la televisión en el siglo XXI.

A lo largo de 2008 Wolf consiguió colocar tres de sus cuatro criaturas en el Top 5 estadounidense. Todo ello en unas programaciones llenas de series con planos imposibles, montajes al estilo de los videoclips, y toneladas de hemoglobina. Justo todo lo que Ley y orden (en cualquiera de sus versiones) evita, optimizando repartos de calidad indiscutible y guiones de hormigón. "¿Que si puedes llamarme un tipo de la vieja escuela? Por supuesto, yo soy de la vieja escuela, mis shows son de la vieja escuela. Sé muy bien el producto que estoy haciendo y cómo debo hacerlo. Me ha funcionado durante casi 20 años, ¿para qué cambiarlo? Hay una premisa, básica, que siempre hemos seguido en Ley y orden y que funciona en cualquier país: a la gente no le gusta que los delincuentes se salgan con la suya. Eso funciona en España, en Italia o en Estados Unidos". En EE UU fue NBC la cadena que estrenó la serie; en España se ha emitido por TVE-1, las autonómicas y Calle 13 (dial 20 de Digital + y redes de cable).

Wolf atiende a EL PAÍS en el festival de televisión de Montecarlo, rodeado de muchos de sus actores y actrices, pero pese a ello no se muerde la lengua: "La base de cualquier serie es la escritura, el guión. No me malinterpretes, el reparto es muy importante, pero los actores no escriben, así que si no hay una buena historia bien escrita la cosa no funciona. Mi trabajo en realidad consiste en decirle al guionista 'esto no es suficientemente bueno'. Después de más de 400 entregas creo que se me da bastante bien".

El neoyorquino, con vestuario veraniego y móvil hiperactivo, no ve claro el futuro de la televisión: "Demasiadas cadenas, demasiadas series, demasiado dinero gastado, muy poca publicidad. Esta ecuación pide a gritos un cambio en la mayoría de cadenas, pero no va a ser un cambio tranquilo. Vamos a vivir una auténtica revolución".

Ley y orden, la serie policiaca más longeva de la historia y la única capaz de hacerle sombra a la mismísima CSI (Telecinco, AXN) va a celebrar sus 20 años en 2010 (empezó a emitirse en Estados Unidos el 13 de septiembre de 1990) y Wolf ya sabe cómo va a celebrarlo: "Estamos conversando con algunos de los actores que empezaron con nosotros para invitarles a participar en la serie, no voy a decir nombres porque es muy complicado, pero vamos a intentar que participen, de la misma manera en la que Clooney intervino en Urgencias... aun así, el mejor homenaje posible sería poder llegar a celebrar nuestro 21º aniversario".

Para el veterano escritor y productor, que ya posee estrella propia en Hollywood Boulevard, "los únicos que han intentado cambiar las reglas del juego en todos estos años, y además lo han conseguido, son los chicos de HBO. La primera vez que vi True blood [Canal +] pensé 'demonios, esto debería haberlo hecho yo".