La insostenible lógica de Mosley
El presidente de la FIA dice que no puede dejar el puesto porque hay una guerra abierta
La mayor parte del paddock de la fórmula 1 no entiende nada. Lo que está ocurriendo en Silverstone, escenario hoy del Gran Premio de Gran Bretaña, desborda las inteligencias. Y es que la lógica que está aplicando el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Max Mosley, resulta cada vez más insostenible. Cuando todos los equipos le están pidiendo que abandone el puesto, responde que la guerra que mantiene abierta la Asociación de Equipos (FOTA) es la que le impide precisamente dejar el cargo. De esta forma, las lanzas siguen en alto y no hay manera de resolver el problema que llevará a la creación de un nuevo Campeonato del Mundo organizado por los grandes equipos.
"Había anunciado ya mi intención de dejar la presidencia el próximo octubre, cuando finalizara este mandato, pero no puedo marcharme dejando la FIA con tantos frentes abiertos", asegura Mosley; "Muchos miembros me están diciendo que no puedo dejarles así. Si yo decido abandonar mañana, probablemente llegará otra persona que no entenderá nada de F-1 y no hablará inglés como primera lengua. Básicamente, los equipos no quieren un acuerdo porque su pretensión es coger el poder y el dinero de la F-1".
Mosley está convencido de que la FOTA no es capaz de organizar un Mundial. "La rotura de la actual estructura es una pura fantasía", afirma en un claro desafio a las declaraciones de la FOTA; "sin la F-1 no tendrán la capacidad ni el dinero para poder organizar su serie. Y lo sé porque hace años Bernie [Ecclestone] y yo intentamos hacer nuestro propio campeonato, pero no lo conseguimos. Algunos de los equipos deberán pagar la mitad de los derechos de su participación hasta 2012 y otros devolver a Ecclestone unos 120 millones de euros. Es imposible".
La firmeza en las declaraciones de los equipos, sin embargo, contrasta con los comentarios que realizan sus dirigentes en tertulias íntimas. En ellas nadie da todavía por cerradas todas las puertas. Al contrario. Todos están esperando qué tiene que decir Ecclestone, que hasta ayer se mantuvo callado.
Ayer, antes de que anocheciera, el Supremo despertó. "Tengo cierta simpatía por los equipos. Nadie quiere que se le diga cómo puede gastar su dinero", aseguró Ecclestone a la BBC; "estoy seguro de que se llegará a un acuerdo. Haremos todo lo posible. Los equipos podrán gastar lo que quieran si firman un nuevo Acuerdo de la Concordia para los próximos cinco años. Para algunos, es difícil entender que se haya llegado a esta situación porque Mosley intentó que los equipos ahorraran dinero. Él ha hecho un montón de cosas buenas para la F-1".
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