"Hay que romper todas las barreras que te propongas"
Gasol recuerda sus difíciles años en Memphis y su afán por superar las críticas
"¡A hierro, sabe a hierro!". A gloria le sabía a Pau Gasol el largo beso al trofeo que distingue al campeón de la NBA frente a la multitud de cámaras que llenaban el vestuario visitante del Amway Arena, de Orlando. Remojado por chorros de champán, vestidos todos los jugadores de los Lakers con camisetas grises con la inscripción Champions en el pecho, el mejor jugador en la historia del baloncesto español mostró su perspicacia consciente del significado del triunfo que acababa de lograr. "Es algo muy importante, único, histórico. Es un trofeo para todos. Espero que la gente, que la afición, lo aprecie, lo valore y lo disfrute y que quede para siempre. Esto abre muchas puertas al baloncesto español". Sabe que así será. Que nadie olvidará el día en que por primera vez un jugador español logró ganar el anillo de campeón de la NBA.
A sus 28 años, Gasol lo ha conseguido casi todo. Al menos, lo más importante que puede lograr un jugador de baloncesto: un anillo de la NBA, un Mundial y una medalla de plata olímpica, además de haber sido novato del año y dos veces all star. Por supuesto, nada ha sido fácil. "Éste es un momento de felicidad arrolladora, una sensación única. Me faltan palabras para describirlo. Es tan difícil llegar hasta aquí que te das cuenta de lo que has tenido que sufrir y trabajar", dijo Gasol, convertido entonces en aquel chico de Sant Boi que con 20 años decidió dejar el Barcelona para emprender su carrera en la NBA cuando pocos apostaban por su éxito. "Me ha pasado por la cabeza mi estancia en Memphis. Fueron seis años y medio muy duros como profesional y también en lo personal. No me gustaba perder. Lo odiaba. Eso me afectó en lo personal. Para mí, era muy difícil aceptar esa situación. El día que me traspasaron a los Lakers no me lo podía creer. Fue un día fantástico para mí y creo que para los Lakers también". Lamar Odom, a su lado, apostilló riéndose: "Supongo que sí".
También se acordó Gasol de las críticas. Tal vez, porque no hace demasiado, el año pasado, se cargó buena parte de la responsabilidad de la derrota en la final, ante los Celtics, sobre sus espaldas. La prensa norteamericana le tildó de blando. "Siempre han existido dudas y críticas por parte de una parte de la prensa. Cuando las cosas van bien, todo el mundo está contento; pero, cuando no, a la mínima aparecen los palos. Entonces, lo mejor que puedes hacer como jugador, como ganador, es seguir trabajando y acallar esas críticas para romper todas las barreras que te propongas".
Su padre, Agustí; su madre, Marisa; su hermano pequeño, Adrià... Todos estaban en el vestuario. Todos menos Marc, que apura sus vacaciones en Barcelona tras su primera temporada en la NBA, en los Grizzlies. Marc telefoneó a su padre, que recibió la llamada todavía en la grada del pabellón de Orlando. La emoción hizo que fluyeran algunas lágrimas. Agustí confirma la tenacidad de Pau. "Creo que, cuando se le pone algo entre ceja y ceja y se dice a sí mismo 'esto lo tengo que conseguir', lo intenta al máximo. Si le acompaña un poco la suerte y le respetan las lesiones, está siempre ahí para dar la cara".
Tras su éxito, el futuro aparece lleno de incógnitas para Gasol, que no sabe si participará con España en el próximo Eurobasket, que se disputará del 7 al 20 de septiembre en Polonia. Pau ha concluido en mucha mejor forma física que la pasada temporada, pero ha tenido que trabajar de manera muy intensa y concienzuda para evitar las molestias en un pie y la espalda que mermaron su juego en la final de hace un año contra los Celtics. Por eso es difícil que este año acuda a la cita polaca. Sin embargo, sí hizo explícita su pretensión de obtener "el oro en un Europeo", uno de sus retos pendientes después de haber logrado dos medallas de plata, en 2003 y 2007, y de "ganar la Euroliga" cuando regrese a Europa.
Gasol expresó su deseo de que los Lakers mantengan el mismo bloque que ha conseguido el 15º título para la franquicia de Los Ángeles: "Es un grupo de una calidad muy alta. Me gustaría poder seguir luchando por anillos con este equipo". El problema es que la cotización de Odom y Ariza es muy elevada y que, al convertirse en agentes libres, pueden negociar con otros equipos. Los Lakers ya superan el límite salarial y difícilmente podrán afrontar el pago de los contratos de ambos. Por ahora, disfrutan de un anillo con sabor español.
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