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El Palau quiso cambiar a los 'grueros' de la Fura dels Baus

Conflicto tras la maquinaria de la tetralogía de Wagner

Tras la espectacularidad de El ocaso de los dioses, cuarta parte de la tetralogía de El Anillo del Nibelungo, de Wagner, que el Palau de les Arts de Valencia ofrece este mes en dos ciclos completos, ha habido un conflicto con los actores especialistas que manejan las impactantes maquinarias ideadas bajo la dirección artística de la Fura dels Baus. Se trata de un colectivo de profesionales conocidos como "grueros" en el argot porque su trabajo consiste en manipular manualmente los pesados artefactos diseñados por el ingeniero Roland Olbeter, en su mayoría grúas que pesan en algunos casos cerca de una tonelada.

La decena de profesionales que ejecutan este trabajo físicamente exigente han participado en toda la tetralogía. Empezaron en 2007 con las óperas El oro del Rin y La Valkiria. Establecieron entonces unas condiciones económicas que consistían en cobrar por días de ensayo y función, considerando ensayos dobles las jornadas que superaban las seis horas de duración. "Fueron tres meses de ensayo intenso", explica uno de los especialistas. "Hacíamos bailar las grúas al ritmo de la batuta de Zubin Mehta. Nos volcamos mucho". Dado que la tetralogía ha sido una coproducción con el Maggio Musicale Fiorentino, al trasladarse la representación a Florencia, cobraron en caché una cantidad similar a la de Valencia, unos 4.700 euros. Lo mismo ocurrió con la tercera parte de la tetralogía wagneriana, Siegfried, pero el problema se planteó en la cuarta parte.

Esta vez, la producción de El ocaso de los dioses se hizo en Florencia, donde los "grueros" cobraron de nuevo un caché, que es lo que pretendió pagarles la Fundació Palau de les Arts cuando el espectáculo llegó a Valencia. Ahí vino el conflicto. "Querían que cobráramos lo mismo que en Florencia por hacer El ocaso de los dioses y dos ciclos completos de El Anillo del Nibelungo", explica uno de los especialistas, que añade: "El trato fue pésimo y nos negamos a trabajar así. Entonces ellos decidieron hacer un casting y contratar a otro equipo, pero fue un desastre. Tanto que los cantantes y la misma dirección de la Fura dels Baus se ofrecieron a pagar la diferencia para resolver el asunto económico. Al final, el Palau subió lo que ofrecía y aceptamos, pero el ambiente se ha enrarecido. Trabajamos muchos días seguidos con pocas libranzas y ya tenemos a cinco de baja".

Una portavoz del Palau de les Arts ofreció a este diario una escueta versión oficial del conflicto: "Reclamaban cobrar más y se buscó a otra gente. Después, al aceptar lo que se les ofrecía, volvieron a ser contratados". Los afectados lo ven de otra manera. "Hemos trabajado en muchos otros teatros, como el Comunale de Florencia, donde el funcionamiento es más fluido y competente que en el Palau sin tantos medios".

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