El mejor remedio contra la crisis
Miles de personas certifican la buena salud de la Feria del Libroen su primer fin de semana
La fila, aguantando el sol de la tarde, llega lejos. Dentro de la caseta firma libros Boris Izaguirre. Lo hace de pie, sentado, hablando por el móvil. "Llevo viniendo muchos años pero éste estoy muy contento, porque el libro es muy bueno", lanza sin cortarse. Atiende a sus admiradores, les saluda con dos besos, charla con ellos. "Boris, tienes una fila enorme". "¿No me digas?". El escritor y presentador se asoma, no acaba de creerlo. "¡Vais a insolaros!", les advierte, y vuelve a su tarea para reaparecer al segundo: "Que gracias, eh...", se despide, simpático, desatando las risas.
La Feria del Libro arrancó este fin de semana con éxito, ayudada por el buen tiempo. Las 357 casetas distribuidas por el parque del Retiro estuvieron atestadas durante la tarde de ayer. "Hay incluso más gente que los primeros días del año pasado", coincidían los libreros y quienes atienden al público en los puestos de información. "Y se espera que vaya a más a medida que pasen los días". La feria esta abierta hasta el 14 de junio.
"La saga de 'Millennium' se me agotó el sábado", cuenta un vendedor
Los libros siguen teniendo tirón, sobre todo si se combinan con sol, paseo por el parque y helados. Hay éxitos indiscutibles. "Los de Millennium [la trilogía de intriga del escritor sueco Stieg Larsson] se nos acabaron ya el sábado por la tarde. Hoy hemos traído más y han vuelto a agotarse", explicaba Vicente, al mando de su puesto. Unos metros más allá, una chica se llevaba Luna nueva, el segundo de la saga de vampiros de Crepúsculo. "¡Estoy muy enganchada!".
Mientras los padres podían detenerse a saludar a Javier Cercas o a Lucía Etxeberria (con filas más modestas de seguidores que el televisivo Boris), los niños, que han sido muchos, tenían entretenimientos para elegir. Ellos también tienen claros sus gustos lectores. Iker, de seis años, miraba encantado un libro de excavadoras, mientras que Ruth, que se había quedado sin sitio para el cuentacuentos, afirmaba que su clásico favorito es, sin duda, La Cenicienta.
La literatura, dicen, es un buen entretenimiento para tiempos de rascarse el bolsillo. "Libros anticrisis a tres euros", animaba un cartel. "¿Por ahorrar? No, el mío ha costado 12", replicaba Nieves, de 51 años. "Son caros, pero la gente que no lee no lo hace por el precio", concluyó, antes de poner rumbo a una terraza, acarreando cinco bolsas repletas de libros.
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