Hombrada del Ciudad Real

Nada es imposible cuando la ilusión marca el camino. El Ciudad Real lo demostró ayer en el último partido en el Quijote Arena, cuando logró una remontada impensable frente al THW Kiel de Alemania y consiguió un sueño que parecía imposible: su tercera Liga de Campeones. Los manchegos afrontaban la vuelta de la final con una desventaja de cinco goles. El Kiel parecía tener bien encarrilada la eliminatoria cuando se impuso en su pista por 39-34. Y más aún, cuando a medida que iba avanzando el encuentro mantenía ventajas de hasta cuatro goles (16-20, a los 38 minutos).

El sueño de Talant Duishebaev, técnico del Ciudad Real, se iba esfumando. Pero el equipo nunca perdió la fe. Estaban en juego demasiadas cosas como para claudicar. Y llegó una reacción en cadena que involucró no sólo al portero, Sterbik, sino también a varios jugadores que el año que viene ya no estarán en el equipo. Todos querían marcharse ganando, especialmente el lateral islandés Olafur Stefansson, un hombre que ha dado muchos momentos de gloria al club manchego.

Y el milagro llegó. La fe movió montañas esta vez. Conducidos por la garra de Chema Rodríguez y arropados en la calidad de Kallman, Zorman, Fernández y Abaló, los de Duishebaev lograron empatar el partido superados ya los 10 minutos de la segunda parte (20-20), y fueron mermando la capacidad ofensiva del Kiel, tanto con una defensa agresiva y cohesionada como con las paradas de Sterbik. Andersson, Karabatic, Lundstrom y Klein acabaron desesperándose, al comprobar que el título se les estaba esfumando entre las manos. Los nervios afloraron, los errores se sucedieron y concedieron al Ciudad Real una seguridad que no habían demostrado hasta entonces. La ventaja de cinco goles no llegó hasta el final, con una diana de Abaló que colocaba el 32-27 en el marcador a falta de dos minutos. Y después, Klein realizó un lanzamiento precipitado directamente fuera. El remate a la eliminatoria lo puso Stefansson, que cerró de la mejor manera su paso por el Ciudad Real. Su gol aseguró la tercera Liga de Campeones al Ciudad Real, la segunda consecutiva, que une al título de Liga. Y confirmó la premisa de que los equipos que cierran la final en casa acaban ganando: ha ocurrido siete veces en los últimos 10 años. El título es el 13º que logra un equipo español en esta competición. Quien más posee es el Barcelona, con siete. El Ciudad Real ganó en 2006, 2008 y ayer.