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Reportaje:Roland Garros

"Luchar no es suficiente"

Nadal reconoce que estuvo nervioso, "sin calma", y que no atacó en ningún momento

El campeón eliminado analiza la derrota con precisión de cirugía. "La lucha no es siempre suficiente", dice Rafael Nadal con los músculos bien marcados bajo su camiseta rosa. "También hay que jugar bien al tenis", insiste el número uno del mundo, que llega con el pelo enmarañado tras caer por primera vez en sus cinco participaciones en Roland Garros, su derrota más temprana en un torneo grande desde que perdió en octavos de final del Abierto de Estados Unidos 2007. "Cuando he tenido mis oportunidades, en los momentos importantes, no he aprovechado por falta de calma", dice Rafa Nadal cariacontecido. "Me ha sorprendido más mi juego que el suyo, porque sé todo lo peligroso que puede ser. No he jugado mi mejor tenis. No ataqué en ningún momento. Se lo puse muy fácil para que jugara a este nivel. Jugué corto. Sin calma. Por eso perdí. Fue mi culpa. Le felicito. Hay que aceptar la derrota con la misma calma que la victoria".

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No hubo mucho de eso durante el partido. Vibra la grada. Se llenan los asientos de los periodistas al olor del número uno herido. Patea el público el suelo, y Nadal mira por el rabillo del ojo a su banquillo. Lo que se encuentra el mallorquín son dos manos haciéndole un gesto significativo: las de Toni Nadal, su tío y entrenador, que le pide que baje el pistón de las emociones y se tranquilice para reconducir el partido.

"Ha estado muy nervioso, jugando muy mal todo el encuentro y todo el torneo", cuenta luego el entrenador, seguramente el primero en abandonar la pista mientras el público celebra que su pupilo haya perdido. "Ha sido un problema de nervios", continúa el técnico rodeado por el silencio de la exclusiva sala de jugadores del club de Roland Garros, atónita ante lo que ha ocurrido. "Y cuando juegas mal, tienes que perder. Con los nervios, ni la bola corre bien, ni tiras bien, ni eliges bien el sitio. Te paras demasiado antes de golpear la pelota, y al final tienes un problema: que sueles perder. Tenía la misma presión que siempre, pero a veces respondes bien y a veces respondes mal. ¿Por qué? No lo sé".

Nadal aparece más tarde en la sala de prensa. No hay drama ni malos gestos. "Las derrotas te hacen crecer. Esto no es una tragedia. Llevo una temporada excelente, y tenía que suceder algún día", dice. "Es una derrota importante, pero al final es una más. La preparación, mentalmente, no ha sido perfecta. Eso quiere decir que tengo que trabajar más fuerte", añadió. El partido se jugó bajo un inclemente vendaval, siempre pendiente de la amenaza de la lluvia.

El resultado del choque tuvo dos consecuencias. Pone en cuestión el número uno del mallorquín, que lo mantendrá gane quien gane el torneo: de cómo se desempeñe Roger Federer en París dependerá la aritmética del asunto, muy a tener en cuenta cuando arranque Wimbledon. No es el único problema. La relación entre el español y el público de la Philippe Chatrier ha quedado herida.

"El público", dijo Nadal; "nunca ha tenido un detalle conmigo… volveré a jugar aquí, así que espero que alguna vez tengan un detalle". Las palabras de Nadal rebotaron en una sala de prensa abarrotada. Ni siquiera cuando ganó cada uno de sus cuatro títulos parisinos hubo tanta expectación por escucharle. Fue un día para agudizar el oído. El mallorquín jugó entre los ánimos constantes de su banquillo, normalmente silencioso, y siempre mirándolo, como pidiendo auxilio.

¿Qué le decía Toni Nadal durante el partido? "Veía que había muchos nervios", contestó el técnico. "Intenté que los superáramos, pero no ha sido posible. Le animaba, intenté que estuviera positivo, cosa que no conseguí. Y al final, nada… una derrota", añade. "La verdad es que hemos estado muy lejos de poder aspirar a ganar aquí, en ningún momento nos hemos sentido muy cómodos. Le he dicho: 'Ánimo, la vida continúa'. Mañana por hoy] estaremos en Mallorca tomando un baño. Tampoco nos vamos a tirar por una ventana por haber perdido aquí. No es una tragedia. No tengo la impresión de que Soderling haya jugado tan bien. En el primer set, Rafael ha jugado muy mal. En el segundo, Soderling ha fallado y Rafael ha podido ganar un set que nos lo han regalado". No fue suficiente, y la derrota dio la vuelta al mundo. Nadal, sin embargo, no se fue solo. París perdió en el mismo día a sus dos campeones de 2008: Ana Ivanovic perdió con Victoria Azarenka (6-2 y 6-3).

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