ES SÓLO UN SIMULACRO
Más de 500 profesionales, unos 100 vehículos y tres helicópteros participaron ayer en el tradicional simulacro que pone el punto final a las Jornadas de Catástrofes. En esta ocasión se trataba de un asalto con explosivos contra un furgón de la Guardia Civil que llevaba varios presos. Cuando los delincuentes huyeron de la escena, hicieron saltar por los aires varios vehículos e incendiaron un edificio.
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