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El PP resucita la polémica por los muebles del Consello

El PP retomó ayer sus acusaciones contra el "lujo del bipartito". La visita que organizó la Xunta para enseñar a los medios de comunicación lo avanzadas que están las obras de remodelación de las dos salas para reunión del Gobierno en San Caetano ha vuelto a enfrentar a los dos partidos. Ambas formaciones discuten sobre quién es más ostentoso y quién más austero a la hora de amueblar las dos salas de consello (aparte de otra para la prensa) que se inaugurarán el próximo junio.

El próximo día 30 estará lista la sala que el bipartito dejó preparada (por el módico precio de 4 millones de euros) para uso y disfrute de quien ganara las elecciones. Los más de 400 metros cuadrados -útiles- de suelo de vidrio están listos para los nuevos conselleiros. Pero lo harán de espaldas al personal de la Xunta, ya que, a la derecha de la mesa semicircular de 19 puestos, los ya míticos ventanales de 180.000 euros -con vistas a un jardín tipo zen que costó 26.000 euros- se tiñen al gusto "para que los funcionarios no les vean", explica el arquitecto de la obra.

Tecnología futurista

El PP utilizó el argumento de los cristales y de las sillas de 2.300 euros como acusación de campaña. El Gobierno fue acusado de "despilfarrar el dinero de todos los gallegos". Por eso ayer, durante la visita por lo que algún funcionario llamó "nave nodriza", la Xunta del PP aseguró que vigilará que no se gaste "ni un euro más". "Vigilaremos que lo comprometido y lo pagado corresponden con lo ejecutado", concretó Beatriz Cuíña, secretaria general de Presidencia. Las sillas de la discordia fueron retiradas del proyecto por unas mucho más austeras. El PP insiste en que el PSdeG las retiró para "evitar la foto". Los socialistas se defienden recordando al PP que el mobiliario de "bajo coste" lo retiró el bipartito.

A finales de mes, si se cumple lo previsto por Presidencia, los conselleiros cogerán sus punteros y toquetearán sus pantallas de ordenador, insertadas en la mesa circular con una ranura en el canto para el pen drive. En ella, cada uno tendrá un micrófono que detecta quién está hablando. Una cámara le enfocará directamente para proyectar su imagen en 103 pulgadas de pantalla plana. Los conselleiros podrán elegir mirar a la pantalla grande o esperar a que se eleve su pantalla de televisión. El coste tecnológico ha sido de 1,6 millones. Ni La Moncloa tiene unas instalaciones tan futuristas.

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