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Crónica:36ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Espanyol no se toca

El equipo blanquiazul vence a un Athletic exhausto y está a dos puntos de eludir de nuevo el descenso

Jordi Quixano

El Espanyol se aferra a Primera. Desterrado antes de tiempo por la falta de fútbol, por el trasiego de entrenadores y los múltiples y sucesivos despidos institucionales, el equipo se descabalgó de la competición a falta de completar el último tercio. Pero el jarabe Pochettino, impresionante y milagroso, le reactivó hasta el punto que, tras derrotar ayer al Athletic gracias a un penalti de lo más generoso, está a un paso de certificar su continuidad en la máxima categoría. Necesita dos puntos. Su pegamento resiste todo.

Exhausto y castigado por la final de Copa, al Athletic no le vino en gana jugar un duelo intenso, de idas y venidas, con espacios y oportunidades. Se ajustó a un guión inflexible, un tanto primitivo si se atiende a su propuesta. Practicó un juego de interrupciones, sin tiempo para domar la pelota. Se trataba de colgar balones al área para conectar con Llorente, la referencia en el ataque, y aguardar a su resolución. Pero Jarque le anuló.

ESPANYOL 1 - ATHLETIC 0

EspaChica, m. 37), Torrejón, Jarque, David García; Moisés Hurtado, De la Peña (Román, m. 83); Luis García, Iván Alonso, Nené (Corominas, m. 60); y Callejón. No utilizados: Cristian Álvarez; Lacruz, Valdo y Rufete.

Athletic: Iraizoz; Iraola (Etxeita, m. 62), Gurpegui, Amorebieta, Koikili; Susaeta, Orbaiz, Javi Martínez, Balenziaga (Etxeberria, m. 70); Vélez (Toquero, m. 53) y Llorente. No utilizados: Armando; David López, Muñoz y Eneko.

Gol: 1-0. M. 69. Luis García, de penalti.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Mostró la cartulina amarilla a De la Peña, Amorebieta, Susaeta, Iraola, Gurpegui y Moisés Hurtado.

Monjuïc: 34.130 espectadores.

Para el Espanyol también resultó un tormento superar la segunda línea de presión. La basculación del Athletic y sus coberturas fue un ejercicio tan atractivo como pragmático. Entre otras razones, porque lograron descolocar a De la Peña, el pie del equipo. Lo Pelat se peleó con la abotargada medular, riñó con la pelota porque la vio poco y discutió con el colegiado hasta que le enseñó una cartulina amarilla por protestar y le privó de jugar el próximo encuentro por sanción. Eso no le impidió, sin embargo, inventarse un par de sus asistencias. Justo de lo que careció el Athletic, un jugador con el ingenio necesario para dar el pase decisivo y descuajaringar una línea defensiva. Yeste, en la cama y con vómitos, sufría gastroenteritis.

Con Tamudo lesionado, Callejón ocupó la delantera. Como le gusta, como se ha desempeñado durante toda su carrera, por más que la escasez de recursos en la banda derecha del Espanyol le exijan reubicarse. Y arriba, como Gary Cooper en Solo ante el peligro, se movió con soltura. Posible, en cualquier caso, porque a la zaga del Athletic le cuesta horrores controlar las espaldas. Así, Callejón se libró dos veces de las miradas de los centrales y, escorado por la diagonal, probó fortuna en los remates. Ambos, desviados. Le imitó Luis García, pero se topó con Iraizoz. Y reventó el duelo Corominas con sus carreras por el costado y sus movimientos entre líneas. En una de ellas simuló un penalti ante el ímpetu de Gurpegui. Picó el árbitro y goleó Luis García. Al Espanyol le faltan dos puntos para eludir el descenso; al Athletic le importó poco.

Los jugadores del Espanyol se conjuran para buscar la victoria.
Los jugadores del Espanyol se conjuran para buscar la victoria.ENRIC FONTCUBERTA

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