El plan de Zapatero y las fusiones
Economía ultima el fondo para la banca mientras reverdecen las integraciones de cajas
José Luis Rodríguez Zapatero puso énfasis en el debate sobre el estado de la Nación en el plan de apoyo a las entidades financieras que ultima el Ministerio de Economía y Hacienda. El presidente destacó que el objetivo es salvar todo lo que vaya mal en el sector. Es decir, abre la puerta a inyecciones de capital para los bancos y cajas de ahorros que lo necesiten.
En realidad, el plan responde a una orden del Parlamento del pasado 17 de marzo, cuando todavía ocupaba el sillón de Economía Pedro Solbes. Su sustituta, Elena Salgado, adelantó que el nuevo fondo estará listo en unas semanas y que quiere alcanzar un consenso con el resto de fuerzas políticas. En cualquier caso, parece difícil que el plan salga a la luz de forma oficial antes de las elecciones europeas del próximo 7 de junio y se supone que recibirá alguna pincelada del nuevo secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.
De hecho, ya corren borradores por ahí en los que se perfilan las directrices. El sistema financiero español ha respondido mejor que otros a la crisis; pero eso no quiere decir que no pueda necesitar un plan de ayudas ante problemas de solvencia o de liquidez. El fondo deberá contar con una dotación, seguramente con aval del Tesoro, que se añade a los 50.000 millones aprobados en octubre. Su principal objetivo es facilitar la emisión de preferentes o participativas. En otros países, el Estado ha entrado directamente en el capital.
El plan parte de los apuros que han surgido en las entidades financieras a partir de la crisis hipotecaria, y esto afecta más a las cajas; aunque también tiene en cuenta los que puedan surgir, sobre todo por el impacto de la crisis en Latinoamérica, y eso incide más en los bancos.
El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, se ha ofrecido por carta a la vicepresidenta para colaborar en la elaboración del plan, aunque, al menos de momento, no ha recibido respuesta. En la Asociación Española de Banca (AEB), que preside Miguel Martín, reconocen que los contactos son permanentes tanto con Economía como con el Banco de España.
En todo este panorama aparece inevitablemente la integración de entidades, sobre todo de cajas de ahorros. El Banco de España es partidario de reducir el número. Pero en estos asuntos de las cajas siempre surgen intereses políticos que los condicionan.
Las primeras en asomar con las del País Vasco y Andalucía, donde -y seguramente por eso- se han producido cambios de presidente. Sobre las andaluzas, José Antonio Griñán ha empezado por pedir una alianza, lo que en principio no significa una fusión pura, que es lo que le gustaría. Pero por algo se empieza. En el caso de las vascas, la posibilidad de integración ha reverdecido tras la investidura de Patxi López como lehendakari y la designación de Mario Fernández como presidente de la caja vizcaína
BBK en sustitución de Xavier de Irala.
La propuesta de Fernández, que fue muy bien recibida en el Banco de España por ser una persona de consenso, abrió las puertas de nuevo a la fusión de la BBK con la Kutxa guipuzcoana y la Vital vitoriana después de dos intentos fracasados. Sin embargo, en sus primeras declaraciones ha pedido cautela a la espera de que escampe la crisis. Es decir, ha pedido tiempo para ver por dónde derivan las posiciones de los grupos políticos, ahora muy distantes y enfrentadas tras las elecciones vascas y el pacto entre PSE y PP. A sus 66 años, Fernández tiene mucha experiencia como para precipitarse. Fue consejero del Gobierno vasco con Carlos Garaicoechea y trabajó en la fusión del BBV y luego en la del BBVA.
La fusión, en cualquier caso, sobre el papel tiene mucho sentido. Pero no es tan sencillo como parece. Socialistas y PNV la han apoyado, aunque aparecen obstáculos que no son pequeños. Para empezar, el Gobierno vasco no tiene ningún poder ejecutivo sobre las cajas, que están dominadas por las diputaciones y los ayuntamientos. Y las diputaciones están controladas (en el caso de Álava, en minoría) por el PNV. Sin embargo, los presidentes de la BBK (Irala y Fernández) y la
Kutxa (Xabier Iturbe) son cercanos al PNV, mientras el de la
Caja Vital es el socialista Gregorio Rojo (hermano del presidente del Senado), fruto del pacto PSE-PP en esa provincia. Eso añade más enredo al asunto.
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