Un híbrido con gancho
A mitad de camino entre los fondos y las acciones, los ETF ganan adeptos
La crisis se ha llevado por delante la confianza de los inversores, que sigue en zona de mínimos históricos, y el prestigio de no pocos productos financieros. Algunos de ellos están incluso en el centro de las críticas como causantes de crisis financiera. En este panorama, los ETF (siglas, en inglés, de los Exchange Trade Fund) gozan de buena salud, ganan adeptos y mantienen cierta rentabilidad.
Los ETF son fondos cotizados, instrumentos de inversión híbridos entre los fondos y las acciones. Son, además, productos indexados; es decir, replican el comportamiento de un determinado índice de referencia (Ibex, Footsie, Dow Jones, etcétera). "El valor añadido de los ETF es que sabes perfectamente cuándo compras, a qué precio compras y, sobre todo, lo que estás comprando", asegura Adrián Juliá, responsable de productos cotizados de Société Général en España. Los expertos consultados coinciden en subrayar ciertas ventajas. Por un lado son accesibles y flexibles, porque su compra y venta se realiza a través de los intermediarios habituales y en el mismo horario bursátil. En el caso de España, tienen una operativa idéntica a la de las acciones con liquidación bilateral a través de Iberclear. Además, el hecho de que estén vinculados a un índice les confiere transparencia y solidez: en todo momento se conoce su composición y se puede consultar su evolución cuando se desee.
Al ser productos de gestión pasiva, los ETF sufren más en las fases bajistas
Flexibilidad, liquidez y bajas comisiones, sus puntos fuertes
Por otro lado, "son mucho más competitivos en comisiones de gestión", apunta Juliá. En concreto, éstas suelen estar entre el 0,2% y el 0,4% del patrimonio invertido, según los datos de Société Générale, líder en el mercado español a través de Lyxor, y su gestión es la misma que en cualquier fondo de inversión: se descuentan del valor liquidativo del fondo siguiendo un sistema de prorrateo diario.
Este tipo de fondos, creados en 1993 y que no llegaron a España hasta julio de 2006, han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, tendencia que se ha matizado algo con la crisis, pero que se mantiene por encima de la evolución de otros productos. Prueba de ello es que a 31 de enero de 2009 había en el mundo 1.876 ETF, un 53,4% más que en 2006, cuando estos productos iniciaron su época dorada.
Pero no todo son ventajas. Además de ciertos problemas de liquidez con algunos productos, al estar vinculados a un índice, los ETF se convierten en instrumentos peligrosos en tiempos de crisis. Durante los últimos meses de 2008, las rentabilidades de los fondos cotizados cayeron estrepitosamente. No en vano, todos los ETF que lideraron el ranking de rentabilidad del año pasado son inversos, los únicos que pueden proteger al inversor ante una tendencia bajista.
El mercado nota cierta ralentización: el volumen de los activos ha descendido un 8,08% en este principio de año en todo el mundo, aunque hay 613 nuevos ETF que iniciarán su actividad en los próximos meses, según los datos del ETF Landscape, el informe sobre el sector publicado en febrero por Barclays Global Investors. Según este estudio, los activos bajo gestión de los ETF a finales de enero sumaban 496.308 millones de euros.
En España existen 30 fondos cotizados. El número de negociaciones en el primer cuatrimestre de 2009 supera en un 73,3% las del mismo periodo del año anterior, según los datos publicados por Bolsas y Mercados Españoles (BME), que constata, además, un crecimiento del 158% en abril respecto al mismo mes del año anterior. El volumen de negocio ha aumentado un 48,40% en comparación con marzo de este mismo año. Hay que tener en cuenta que estos datos sólo reflejan la punta del iceberg de las inversiones en España, porque no se contabilizan, por ejemplo, las operaciones de los españoles que invierten en ETF que cotizan fuera, apuntan desde Lyxor.
Este sector en España ha experimentado un "crecimiento muy bueno en los últimos meses", señala Beatriz Alonso, subdirectora del área de renta variable de BME, que subraya el "mayor potencial de crecimiento" del mercado español y las posibilidades que se abren ante el anunciado cambio fiscal, que permitirá traer más productos a España.
Alonso se refiere a un cambio en la legislación original para permitir que existan ETF que coticen como Sicav, posibilidad que no se incluye en la actualidad y que ha dejado fuera del mercado español a Deutsche Bank o Barclays. El banco inglés ha sido líder mundial en el sector a través de iShares, hasta que a principios de abril vendió esta sociedad, que gestiona 363 ETF, a CVC Capital Partners por 3.300 millones de euros. Así, cumplía con su estrategia de deshacerse de activos valiosos para no tener que acudir a la ayuda del Gobierno británico.
En Europa, los ETF resisten mejor a la crisis. Durante 2008, en estos fondos entraron activos por valor de 47.000 millones, según los datos de Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley, que acaban de lanzar Source, una plataforma de ETF con 13 fondos cotizados y que, aseguran, dará al inversor europeo "mayor nivel de liquidez" y un "ajustado control de riesgo crediticio". Al cierre del ejercicio anterior, el total de activos en Europa llegó a los 108.420 millones, un 17% más que en 2007. Además, a pesar de la ralentización en un 6% del negocio en el mundo, en el Viejo Continente los fondos cotizados aumentaron en un 0,1% sus activos en marzo y llegaron a 672 ETF a finales de este mes.
En EE UU, pioneros en fondos cotizados, hace tiempo que no tienen los problemas legislativos que se dan en España, aunque es allí también donde empiezan a aflorar algunas de las prácticas que han llevado a la economía mundial a la situación actual, sobre todo a través de inversiones de riesgo elevado en los ETF vinculados al sector inmobiliario (2.410 millones de euros en 2008, según el rastreador de fondos AMG Data Services). En todo caso, a 31 de enero había 846 ETF, y la SEC ha recibido cerca de 500 peticiones, el 81% del total en el mundo. -
Instrumento de cobertura
"Los ETF permiten amplia gama de estrategias y perfiles: distintas zonas geográficas, diferentes sectores, renta fija, inversión en corto, apalancado, socialmente responsable, carteras en las que se elige el tamaño de las empresas, fondos sectoriales, etcétera", asegura Beatriz Alonso, subdirectora del área de renta variable de BME, subrayando lo que a su juicio es la principal virtud de este tipo de inversión: su diversidad y la posibilidad de utilizarlos como instrumentos de cobertura en una estrategia más arriesgada.
Para fortalecer esta tendencia, desde principios de abril cotiza en España un ETF sobre el Ibex 35 inverso. "Es una manera de repartir los huevos en distintas cestas", resume Alonso, que constata la "fuerte demanda" que existía en España para este tipo de fondo cotizado. En el mercado español, de los 30 ETF que existen en la actualidad, los hay vinculados a los principales índices bursátiles, al agua, al euro, a mercados emergentes, a empresas chinas o a compañías socialmente responsables, como las que cotizan en el FTSE4 Good Ibex.
"En EE UU, el término ETF está siendo usado cada vez más para cubrir una amplia cartera de productos con características muy distintas", asegura Debora Fuhr, directora de Global Inverstors de Barclays. La reciente evolución de estos productos desmonta las críticas de quienes, como John C. Bogle, experto en index funds, aseguraba en 2007 que el problema de estos fondos cotizados era su poca diversificación.
El oro es otro de los grandes atractivos para diversificar la cartera: su cotización sube (un 4% en el primer trimestre de 2009), y desde principios de año, los ETF han aumentado sus reservas en todo el mundo en 469 toneladas. -
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