"Nos falta equilibrio"
Madrid para afrontar los tres partidos que restan
¿Es ya imposible ganar la Liga?, le preguntaron a Juande Ramos tras la derrota del Madrid. "Vamos a esperar a ver qué hace el Barcelona, pero creo que se ha puesto, si no imposible aritméticamente, sí prácticamente muy difícil", respondió.
La grada de Mestalla había saludado a los jugadores del Madrid con un mensaje: "Che, we can". Un podemos ganar al Madrid, que el curso pasado humilló al Valencia en su campo (1-5); un podemos estar en la Liga de Campeones la próxima campaña, una necesidad en tiempos de crisis, como los que vive la entidad. El público hizo suyo el lema que popularizó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, meses atrás. Estaba convencido el valencianismo de que sacaría petróleo de la depresión y el desgobierno en el club blanco, que ya ni suspira por la Liga. Parecieron creerlo los futbolistas de Juande Ramos, aunque él dijera luego que quisieron ganar el encuentro desde el inicio.
Poco a poco, empezó a creérselo también el Valencia. Los aficionados y los jugadores, sobre todo tras el gol de Mata. Y también al comprobar que Silva -se quejaba de molestias en una ingle y llegó a pedir el cambio- y su varita mágica seguían en el terreno de juego, al menos hasta el segundo tiempo. Él cocinó el primer gol. Marcó el segundo. Y Mestalla se creyó aquello del "che, we can". Y cantó el clásico "madridista el que no bote".
No había señales de Higuaín, el reactivo de este Madrid; ni de Raúl, que encarna el espíritu de superación en el club merengue. "El Valencia se adelantó con el gol y dominó el encuentro", reconoció Juande. Y, aunque el resultado no era escandaloso, el dominio sobre el terreno de juego de los hombres dirigidos por Unai Emery animó a los locales y hundió a los visitantes, sin motivación alguna, sin nada que perder, pero tampoco que ganar.
Y así llegó el tercero. Y la burla. Con un Mestalla a rebosar que cantó "¡eo, eo, eo, esto es un chorreo!". Fue para el técnico del Valencia, Emery, "un partido brillante". Reconoció al rival media hora de buen juego. "Pero el Valencia ha hecho un partido muy constante", alegó. Y avanza en su objetivo: la Liga de Campeones.
"El resultado refleja la seguridad que tenía el Valencia", reconoció el técnico del Madrid, que no quiere pensar en su futuro: "¿A quién no le va a gustar ser entrenador del Madrid?", respondió a las cuestiones sobre su continuidad. Las dudas sobre su labor al frente del equipo persiguen a Juande. Sobre todo, tras dos encuentros en que ha recibido nueve goles.
"Lo más importante es el equilibrio", razonó; "es lo que más está echando en falta el Madrid. Estuvimos muy limitados en el medio del campo y no conseguimos mantener el control del juego". ¿Cómo afrontará el equipo los tres partidos que restan? "Somos profesionales y tenemos que intentar ganarlos", concluyó.
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