La crisis económica llena de jóvenes las escuelas de adultos
La matrícula a mitad de este curso era similar a los 77.000 del año pasado
Eran adolescentes a los que no les gustaba estudiar; algunos, tras repetir varios cursos, fueron expulsados de los institutos; otros abandonaron las clases por su cuenta. Muy pronto empezaron a trabajar en cualquier cosa; hacían de todo, cobraban cada mes y estaban bastante bien pagados. En tiempos de bonanza económica se dedicaban a limpiar casas, a trabajar en bares, en la construcción, en tiendas, en supermercados o en cualquier pequeña empresa.
Pero con la crisis económica han perdido su empleo. Ahora, que tienen entre 20 y 30 años, han decidido volver a estudiar. Y recuperar el tiempo perdido. Por todo, y teniendo en cuenta que la Comunidad Valenciana es líder en cuanto a fracaso escolar (casi el 39% de los jóvenes de 16 años no obtiene su graduado en ESO), los Centros de Formación de Personas Adultas (CFPA) constituyen la mejor opción para reengancharse. Pero estos centros públicos están desbordados: la matrícula aumenta cada día, necesitan más recursos tanto económicos como personales (no tienen personal administrativo) y las infraestructuras se han quedado obsoletas.
"Estamos desbordados, las escuelas se han quedado obsoletas"
Los CFPA se constituyeron para atender las necesidades formativas de personas de más de 40 años que "estudiaron poco en su época, y que una vez con los hijos criados decidían volver al aula", recuerda Soledad Aliaga, presidenta de la Asociación de Alumnos del CFPA Alberto Barrios, en el barrio alicantino de la Virgen del Remedio. En este centro, con casi 800 matriculados (de los que unos 200 son extranjeros), la mayoría tiene entre 17 y 25 años, y apenas un 15% supera los 40 años. "La crisis ha cambiado el perfil del alumno, llegan jóvenes y muchos inmigrantes que quieren aprender el idioma", admite Ester Blasco, presidenta de la Federació d'Associacions d'Alumnes de Centres de FPA. Aliaga se queja de la falta de medios y las deficiencias de su centro, que lleva 20 años reclamando una ampliación. Los alumnos dan algunas clases en barracones, les falta de espacio y personal administrativo. "Estamos desbordados, las escuelas se han quedado desfasadas", admite la presidenta.
Debido al incremento de la matrícula de los últimos tres años, la mayoría de centros se ven obligados a organizar tres turnos de clases (mañana, tarde y noche) para conseguir el Graduado de Primaria y Secundario, cursos de alfabetización, español para extranjeros, acceso a la universidad, y además de informática, idiomas y diversos talleres formativos. Los datos de la Consejería de Educación confirman el éxito de estos centros. A mitad de este curso, según datos provisionales, habían matriculado 76.648 alumnos, casi la misma cifra que la registrada al final del año pasado (76.669). El aumento de matrícula ha sido constante. El curso 2005-06 finalizó con 67.323 alumnos, y al curso siguiente fueron 72.324, un 7,4% más, pero de 2007 a 2008 el aumento fue del 6% en toda la Comunidad. El año pasado se matricularon 23.918 alumnos en Alicante, 9.598 en Castellón y 43.153 en Valencia.
La presidenta de la Federació d'Associacións d'Alumnes, que ha suscrito los 13 puntos reivindicativos de la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública, destaca la importancia que esta formación adquiere en tiempos de crisis "en especial para las clases desfavorecidas y con riesgo de exclusión social".
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