La Justicia, un servicio público con mil batallas
Begoña Álvarez se enfrenta al inmenso atasco y carencias de los juzgados
"¿Cómo le explica un abogado a su cliente que se quedará sin casa y sin dinero durante un año y medio, por el retraso en el concurso de una promotora debido al colapso del juzgado?". Ocurre a diario. Los juzgados andaluces están infestados de casos donde los ciudadanos se desesperan por la lentitud e ineficacia de la Justicia. El gráfico comentario de Enrique Sanjuán, abogado y ex titular del Juzgado de lo Mercantil de Málaga, ilustra esa rabia e impotencia que provoca el atasco de casi 500.000 asuntos sin resolver sólo en Andalucía.
Tras la crisis económica, este servicio público rivaliza con Educación como problema fundamental que pide a gritos una solución. Es uno de los mayores dolores de cabeza del nuevo presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y una "tarea prioritaria" para su Gobierno, según expresó nada más acceder al cargo.
Los juzgados están infestados de casos que desesperan a los ciudadanos
"El sistema está trasnochado y es preciso un cambio desde los cimientos"
Todos los actores coinciden en que el cambio debe ser radical: jueces, fiscales, secretarios, sindicatos y Administración. "El sistema está trasnochado y es preciso un cambio desde los cimientos", resumió el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Augusto Méndez de Lugo. La nueva consejera, Begoña Álvarez, comparte las palabras gruesas y el grave diagnóstico: "Sufrimos una estructura ineficaz y un sistema judicial no configurado para la Andalucía moderna". Álvarez tiene tres años por delante para lograr transformarla, y ambiciona un cambio de estructura "enfocado a la atención al ciudadano".
La pregunta es obvia: ¿Se pasará en los próximos mil días de las palabras a los hechos? Las respuestas de los distintos sectores implicados incluyen abundantes suspiros de suspicacia. Las dudas están justificadas a tenor de los avances tan limitados en la última década. Para sus protagonistas, la Justicia se asemeja a un dinosaurio de papel al que la informática no termina de imprimir velocidad, ni siquiera de crucero. "Imagínate que en una operación el cirujano, el enfermero y el anestesista dependan de distintos organismos... pues eso pasa en la Justicia. El juez depende del Consejo, el fiscal del Ministerio, los funcionarios de la Junta y el secretario del Ministerio, pero de otra dirección general que los fiscales". Un secretario que reclama el anonimato, ejemplifica la complejidad de un problema que requiere un consenso a tres bandas.
Pero al margen de leyes procesales trasnochadas y el lamentable retraso del pacto de la justicia en el Congreso, la nueva consejera tiene en sus manos gran parte del difícil pastel. "Abordaremos la reforma con profundidad. No es una intención, es trabajo", expresó esta semana. Las unidades administrativas especializadas serán su primer instrumento para dar agilidad a los juzgados, auténticos reinos de taifas donde los expedientes desbordan las estanterías y la organización vigente produce gran cantidad de trabajo estéril, pese al esfuerzo de jueces y secretarios.
"El proceso de especialización hay que extenderlo a los funcionarios y la nueva oficina judicial debe estar delimitada por nuevas leyes", opina Jesús García Calderón, fiscal superior. Los actores implicados coinciden en la necesidad de fondos para lograr que las plantillas y juzgados aumenten, verdadero lastre porque el ritmo de veinte nuevos juzgados cada año es claramente insuficiente. Una consultoría que se lleva a cabo en Málaga finalizará dentro de un año el gran estudio para identificar las prioridades de cada órgano judicial. "Lo principal es establecer las relaciones de puestos de trabajo porque llevamos ya seis años desde que se aprobó la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Quiénes somos y qué necesidades tenemos", resume Miguel Ángel Domingo, del sindicato CSIF. Luis Toribio, portavoz del Colegio Nacional de Secretarios, remacha: "Para coordinar las Administraciones, lo primero que hace falta es dinero". Los sectores se quejan de que cada consejero que asume el cargo hace borrón y cuenta nueva respecto a las promesas de su predecesor. Desde 2004 se han sucedido cuatro consejeros.
La eliminación del papel gracias a las nuevas tecnologías es otra reclamación imperiosa, unida a la necesidad de que el sistema Adriano implantado en Andalucía se entienda con otros sistemas informáticos regionales. La anterior consejera, Evangelina Naranjo, sufrió un agrio enfrentamiento con los jueces el pasado diciembre. Ahora los magistrados están pendientes del diálogo y su feeling con Álvarez. Ante el fantasma del colapso y mientras el Consejo, el Ministerio y la Consejería intentan ponerse de acuerdo en todos los frentes, los asuntos sin resolver siguen subiendo como la espuma: 492.239 a finales de 2008. Y las caras largas se multiplican.
Cifras de la Justicia
- Atasco colosal: 492.239 asuntos sin resolver a finales de 2008, sólo en Andalucía. Un 20% más que en 2007. El año pasado se registraron 1.900.712 asuntos y se resolvieron 1.816.044, por lo que aumentó la pendencia.
- Sentencias totales: 1.283 jueces dictaron 277.152 sentencias, una media de 216 sentencias cada uno al año.
- Menores: los 17 juzgados de Menores en Andalucía registraron 8.451 asuntos penales, un 5% más.
- Efectivos: La Consejería de Justicia cuenta con 7.095 funcionarios y 183 nuevos órganos judiciales creados en la última década.
- Reformas: El TSJA demanda modificar 216 juzgados de los 571 existentes, así como la creación de 543 nuevas plazas de funcionarios.
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