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Una deuda de 4 millones desató el crimen de Cambados

El empresario vasco y principal acusado del asesinato en Cambados de los primos Ricardo y José Ángel Feijoo en 2005, José Manuel González Lacunza, negó ayer ante el tribunal que hubiese ordenado la ejecución y que estuviese presente en los crímenes. Lacunza desveló una versión inédita al admitir que hizo de intermediario para cobrar una deuda de 4 millones de euros por narcotráfico a una de las víctimas, Ricardo Feijoo, y a Juan Carlos Fernandez Cores, O Parido, detenido en enero como principal implicado en el desembarco de 4 toneladas de coca en Muxía.

Aunque la investigación se cerró sin concretar el móvil, la declaración de Lacunza ha corroborado la hipótesis de que fue un ajuste de cuentas por narcotráfico. A preguntas del fiscal, Juan Carlos Aladro, que solicita para él 27 años de prisión, Lacunza dijo que fue el empresario de A Coruña José Manuel Lata Couceiro el que le propuso cobrar esa deuda a cambio de un millón de euros de comisión. "Una buena oportunidad de ganar dinero", dijo lloriqueando.

El empresario vasco reconoció que ya estuvo en la cárcel por contrabando de diamantes, pero se desmarcó de los asesinatos cuando vio "que era una locura", por la violencia que estaban empleando los otros acusados. Lacunza apuntó al vascofrancés Patrice Louis Marie Pierre, que declarará hoy, como responsable. Por su parte, Lata negó las acusaciones y dijo que sólo alquiló el Ibiza en el que trasladaron a las víctimas hasta el molino donde las mataron y quemaron.

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