Sólo Casillas resiste el fusilamiento

La empresa del Madrid en esta Liga sería incomprensible sin Raúl, sin Lass, sin Higuaín y sin Casillas. El partido que hizo ayer el equipo de Chamartín exhibió todas sus miserias y sus grandezas. A la falta de recursos de jerarquía en ataque, y a la fragilidad defensiva, respondió con coraje y con Casillas. El portero se agrandó con ocho paradas en la medida en que su equipo se encogía. Así son los héroes. Ayer, al segundo capitán, a este chico que no se siente el líder del equipo, le tocó ejercer un papel grandioso y trágico. Su línea de zagueros lo dejó solo frente a los delanteros del Barça en cuatro ocasiones. No son unos cualquiera. Messi, Eto'o y Henry están entre los diez mejores goleadores de la década. Casillas les sacó cuatro pelotas en cuatro duelos mano a mano. El primero, a Messi, cuando el Barça buscaba el primer gol. El segundo, también a Messi, que apareció por la izquierda y decidió reventar con la zurda al primer palo. ¿Cuándo le hicieron un gol por el primer palo a Casillas? Si alguna vez ocurrió, no constaba en los registros de la historia reciente. Constará a partir de ahora, porque Messi le hizo el quinto por el primer palo, pero desde la derecha. Pero claro, era Messi, y amagó con hacer la definición convencional al segundo palo.

La defensa le dejó solo frente a Messi, Eto'o y Henry. Hasta ocho paradas hizo

El meta se agrandó mientras su equipo se encogía. Su papel fue grandioso y trágico

El quinto gol del Barça empujó a la gente hacia los vomitorios, otra vez antes del final, como en la eliminatoria contra el Liverpool. El equipo siempre creyó más en la remontada que los hinchas. Messi se encargó de darles la razón a los seguidores. A pesar de Casillas, que antes del quinto le paró otro mano a mano a Messi, tras una pared con Iniesta, que ya cantaba gol. Y otra vaselina al propio Messi. Y un disparo de Eto'o en el segundo palo. Y un tiro de falta de Alves a la cepa del palo izquierdo. Ayer Casillas vivió sometido a un pelotón de fusilamiento. Lo sorprendente fue que no le metieran diez.

Casillas ha pasado prácticamente inadvertido desde que empezó la temporada. No arrancó muy bien para él. El hombre padeció los rigores de una plantilla mal diseñada. Hasta enero, la lesión de Mahamadou Diarra expuso las brechas de una defensa sobrevalorada. Cuando llegó el partido del Camp Nou, el portero había encajado un promedio de goles por partido desconocido a lo largo de su carrera. Hubo quienes lo señalaron como responsable de negligencia. La realidad era otra. El Madrid estaba en los huesos, a expensas de que llegara Lass a tapar la vía de agua. Y lo hizo hasta el partido de ayer. El Madrid de Juande había encajado 11 goles en 19 encuentros. Hasta que el Barça pisó el Bernabéu y le metió de golpe seis.

A Gonzalo Higuaín le faltaba rematar de cabeza. Desde que llegó al Madrid nunca hizo un gol de cabeza. No faltaron quienes le reprocharon su falta de timing en los saltos. Él sostenía que sólo necesitaba un centro. Miraba a su alrededor y por los costados no había quién colgara una pelota. A la izquierda, estaba Marcelo, que viene del fútbol sala, y renunció hace años a templar un centro. A la derecha estaba Robben, que juega a pierna cambiada y siempre hace la misma maniobra, enganchando hacia adentro y rematando. Quedaba Sergio Ramos, que tampoco suele levantar muchos centros. Ayer metió uno templadito, al corazón del área de Valdés. Por ahí apareció Higuaín, que se elevó y cabeceó con categoría para hacer su primer gol de cabeza en el Madrid. Su tanto número 19 esta temporada. La única respuesta del Madrid ante la ola del Barça. La única respuesta, aparte de Casillas. El portero madridista fue el mejor de su equipo. El único que se elevó por encima de un conjunto desfigurado.