Despedido a gritos
El presidente del Getafe, Ángel Torres, echa a Víctor Muñoz en pleno entrenamiento y elige a Michel para sustituirle
El pasado miércoles, con la resaca de la esperpéntica derrota del Getafe en el estadio Bernabéu en el ambiente, Míchel y el director deportivo del club azulón, Toni Muñoz, departían en la cafetería del Coliséum sobre el futuro de la institución. Tras media hora de conversación, el ex centrocampista del Madrid bajó, como casi todos los días, a presenciar el entrenamiento de la plantilla, en la que figura su hijo, Adrián González, una de las causas por los que no se pierde ninguno de los partidos del Getafe en su campo.
Su "profundo conocimiento" del conjunto, añadido a las dudas de Miguel Ángel Portugal -el actual secretario técnico del Madrid, que tenía acordado ser el entrenador la temporada que viene, se negó a dirigir las cinco jornadas que restan al Getafe, a un punto del descenso a Segunda-, decidió ayer por la tarde el sustituto de Víctor Muñoz. Lo será Míchel "hasta el 30 de junio". Fogueado al frente del Rayo Vallecano y el Castilla, su contrato, de salvar al equipo, se ampliaría por otras dos temporadas, según lo apalabrado. Su segundo será Juan Eduardo Esnáider.
"Si casquero no falla su penalti contra el Madrid...", se lamenta el segundo de Victor
"Míchel cuenta a su favor con que conoce al grupo. Además, tiene pinta de saber gestionar un vestuario. Más allá del mal juego y de la irregularidad, ése es el motivo por el que ha sido destituido Víctor, con el que no se han ganado dos partidos seguidos", explicaron fuentes del Getafe, en el que, por primera vez desde su ascenso a Primera, en 2004, optaron por un relevo en el banquillo. El presidente, Ángel Torres, famoso por su sangre fría, que le llevó a mantener en el cargo en los momentos difíciles a Quique Flores, Bernd Schuster y Michael Laudrup, perdió la paciencia con Víctor, que tan sólo ha conseguido tres victorias en lo que va de año.
El despido del aragonés fue público y entre gritos. Acompañado de Toni, Torres se presentó en la ciudad deportiva, en la que mantuvo una acalorada discusión con el cuerpo técnico. Allí mismo, visiblemente acalorado y delante de los jugadores, los aficionados y los medios de comunicación, el dirigente informó a Víctor de su destitución, la cuarta en tres años, tras su paso de puntillas por el Zaragoza, el Panathinaikos y el Recreativo. Contrariado, Víctor tiró su peto al suelo. "Que nos hayan echado de esta forma es degradante", decía, cabizbajo y cargado de bolsas, su segundo, Raúl Longhi. "Si Casquero no hubiese fallado su penalti en el Bernabéu, la dinámica del equipo habría sido otra", abundó el ayudante a las puertas del recinto.
Cinco minutos después, a punto de cumplirse las dos de la tarde, Víctor recorría la distancia hacia su Mercedes a trompicones, sujetando mal que bien varios pares de zapatillas y otros enseres con el gesto retraído. "El Getafe está muy cerca del abismo, pero yo quería seguir hasta el partido del domingo en Mallorca... Clarificaría la situación, pero no ha podido ser. Me voy sin tiempo de desarrollar lo que tenía en mente", comentó el entrenador, el décimo al que se rescinde antes de tiempo su contrato este curso en Primera. Tras 14 años, su hoja de servicios presenta dos títulos: una Copa y una Supercopa con el Zaragoza, en 2004.
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