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Los narcos se alían con bandas del sur ante el acoso al transporte de cocaína

Los grupos gallegos recurren a la infraestructura de organizaciones foráneas

El regreso de los lancheros a las rías gallegas le ha salido caro a las organizaciones. Después de tres años de intensa actividad en el tráfico de cocaína, haciendo ostentación de planeadoras enormes y más veloces, el grupo especial contra el crimen organizado, el Greco, acaba de responder con toda su artillería, dejando las bandas diezmadas de embarcaciones y pilotos.

Las organizaciones que todavía siguen en pie en la ría de Arousa se han visto obligadas a pedir refuerzos a grupos de traficantes asentados en el sur y en el levante español. La policía ya ha interceptado todo tipo de movimientos para buscar infraestructura foránea y garantizar el suministro de droga a la Península. Se trata de portes que están ofreciendo los carteles colombianos y que hay que atender para abastecer el mercado.

El papel de estas bandas consistiría en alquilar su infraestructura. Recientes investigaciones han constatado cómo algunos grupos de traficantes gallegos se desplazan hasta el sur para recoger las planeadoras que utilizan las bandas del hachís. Desde allí se dirigen a mar abierto, para recoger los cargamentos que luego desembarcan en Galicia.

La policía cree que estas alianzas durarán el tiempo que tarden en recuperarse los grupos de transportistas cuya logística ha quedado en dique seco. En las últimas semanas el Greco logró apresar 12 planeadoras, 20 motores, automóviles todoterreno para trasladar la droga y grúas. El grupo especial también precintó 15 naves que utilizaban los transportistas para esconder todo lo necesario para operar.

La localización de estos escondites estratégicamente situados en la desembocadura de los ríos Ulla y Umia, además de la de los moldes que se emplean para la fabricación de embarcaciones, tal vez sean los mayores éxitos de las dos últimas redadas. En ellas cayeron 30 integrantes de una de las macroorganizaciones más potentes que se dedicaban a desembarcar cargamentos en territorio gallego, y participaron más de 100 agentes especializados, también de la Udyco y de la Unidad Central de Estupefacientes (UCE).

Otros métodos

Ha sido el primer golpe policial contra la infraestructura marítima de las organizaciones que ha removido los cimientos del narcotráfico. "Lo que va a pasar a partir de ahora no lo sabemos, pero han quedado tocados y van a reaccionar", dice el jefe del Greco en Galicia, Antonio Duarte. "Hemos descubierto toda su logística y somos conscientes de que buscarán otros métodos para el transporte, pero aún no sabemos muy bien cómo lo harán. Tal vez la apuesta sea recuperar el pesquero para que haga todo el recorrido, incluso sin planeadoras", explica Duarte.

El grupo de análisis de la policía ya advirtió que se avecinan momentos de cambio, aunque es pronto para evaluarlos. "Ya ocurrió en 2003, cuando emergió la ruta africana que obligó a desviar los cargamentos. Ahora, la ría de Arousa es más vulnerable, y estas organizaciones están tan obsesionadas con la seguridad que a la mínima sospecha abortan cualquier maniobra y queman una planeadora que cuesta miles de euros", comenta Duarte.

Inspección de una planeadora con siete motores que apareció en la playa de Nigrán el pasado febrero.
Inspección de una planeadora con siete motores que apareció en la playa de Nigrán el pasado febrero.LALO R. VILLAR

Sin planeadoras ni pilotos

Las organizaciones reclaman el mejor servicio para garantizar los envíos de cocaína y ahora lo tendrán más difícil. De un plumazo se han quedado sin las lanchas más potentes y sin los mejores pilotos, los que arriesgan al límite antes de tirar la droga al agua. Hace dos semanas, los traficantes quemaron otra planeadora en O Grove. Iban a recoger un porte de cocaína, hicieron una maniobra de aproximación y se pusieron nerviosos. Al final, decidieron regresar a tierra y prenderle fuego para eliminar huellas. En otras circunstancias, cinco minutos después habría salido otra lancha para recoger el cargamento. No se atrevieron. "Se sienten muy controlados y ahora se lo piensan mucho antes de arriesgarse", dice el responsable del Greco.

El coste económico para las organizaciones ha sido enorme. Un solo motor fueraborda cuesta 18.000 euros. Pero la policía cree que no tardarán mucho en recuperarse. "Ya no quedan grandes infraestructuras o macroorganizaciones del transporte y que éstas tardarán en volver", afirma Duarte.

Además de desarticular las dos bandas más experimentadas que acaparaban el transporte de estupefacientes, en términos porcentuales, la policía ha logrado un récord de aprehensiones de coca en Galicia en este primer trimestre de 2009. Más que las cantidades incautadas por año desde 2006.

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