El Espanyol va como un cohete

El Espanyol vuelve a estar de pie después de haber yacido cuatro meses en los puestos de descenso. Pocas veces se ha asistido a semejante metamorfosis, la de un equipo desahuciado que, de golpe y porrazo, se transforma y en cinco jornadas se catapulta cuatro puestos más arriba en la tabla. El partido que culminó la hazaña escenificó el cambio de biorritmos en Montjuïc. El Betis no acabó de darse por enterado. Se aferró a una ofensiva rutinaria con mucha posesión, pero sin pegada.

Recuperado de sus males De la Peña, redescubierta la solidez defensiva del equipo y el tono físico y anímico imprescindibles para presionar y forzar los errores de sus rivales, el Espanyol tomó la iniciativa. Nené y Luis García abrieron espacios en el frente de ataque ofreciéndose siempre para el pase de De la Peña. Arzu, que actuó de doble pivote junto a Capi en la medular del Betis, no supo responder. A la primera que cogió De la Peña, le metió un precioso pase marca de la casa a Luis García, que, de tan bien como se la puso, no tuvo más remedio que reconciliarse con el gol tras seis meses de sequía.

El Espanyol reculó y quedó expuesto a la ofensiva del Betis. Pero el equipo de Nogués careció de elaboración y de pegada. Sólo inquietó a Kameni en una acción en la que Oliveira fue trabado por Pareja, el hombre que se le enganchó como una lapa todo el partido. El árbitro no concedió penalti y poco más remató el Betis a pesar de que, con la entrada de Juanma por Capi, Edu se situó en punta junto a Oliveira. Pochettino reaccionó sentando a Tamudo y De la Peña. Rufete y Román reavivaron el juego ofensivo. Román sentenció tras un servicio de Iván Alonso, otro que llevó por la calle de la amargura a un Betis demasiado contemplativo.