"La unidad debe llegar y llegará"
UPG acaba de recibir el apoyo mayoritario de las bases de BNG, al hacerse con un 47% de los delegados para la asamblea de mayo a través de sus candidaturas de Alternativa pola Unidade. El concejal de Pontevedra Guillerme Vázquez (Pontevedra, 1952) lidera esta corriente, pese a su condición de independiente. Amigo personal del líder de UPG, Francisco Rodríguez, con quien compartió escaño durante una legislatura en el Congreso, aboga por tender puentes al diálogo "sin exclusiones". Enfrente tiene ahora a Xosé Manuel Beiras y a Carlos Aymerich. También con este último compartió bancada y tabiques en su época de diputado: vivían puerta con puerta en Madrid. "Formábamos un equipito muy unido".
"Me gustase más o menos, asumo todo lo que hizo el BNG; lo acepto, a secas"
"No tengo recetas mágicas para las coaliciones, no soy un fenómeno"
Pregunta. Acaba de poner en marcha un blog, hablan de encuestas y hacen públicos sus apoyos. Todo el engranaje de una auténtica batalla electoral.
Respuesta. Estamos en un debate interno en el que es normal que cada sensibilidad que se presente intente dar a conocer a la afiliación lo que plantea. Es una oportunidad para el BNG, es necesario y será enriquecedor. No es que tuviera previsto esto en mi cabeza, ni mucho menos, pero estoy dispuesto a dar este paso en la búsqueda de un BNG unido y activo socialmente, que trabaje para recuperar la confianza que la sociedad nos quitó.
P. Usted ha remarcado su condición de independiente dentro del BNG.
R. Ya digo en plan chascarrillo que cualquier día me afilio porque parece como si fuera un problema. Estoy en un grupo político de los existentes en el Bloque; por cierto, hay otros grupos que legítimamente están apoyando otras candidaturas y parece que el problema fuera Alternativa pola Unidade, que conformamos multitud de personas sin vinculación partidaria con la UPG.
P. ¿Qué le diferencia de la opción que lideran Aymerich o Xosé Manuel Beiras?
R. Nosotros planteamos la necesidad de que esta organización pase de ser una mera transmisora de las directrices que marque la dirección a tener un papel mucho más activo. Es necesario aumentar la calidad democrática en el sentido de que en el Bloque todo es discutible, pero hay que llegar a acuerdos y actuar unidos, a la gente hay que oírla más. Apostamos por recuperar perfil político: somos nacionalistas y de izquierdas y aspiramos a ser vanguardia de todo aquello que socialmente se mueva en un sentido progresivo, incluida la defensa de un modelo social que se pueda establecer con libertad ante una ofensiva integrista de locura. La dirección debe estar con la gente y patear país.
P. Ha relatado sus propuestas pero, insisto, ¿cuáles son las diferencias?
R. Hay diferencias respecto al perfil político. Seguir con una cierta línea de continuismo no nos va a llevar a una buena situación y tampoco se trata de caer en el hiperaventurismo y fórmulas especialmente extrañas. Cada grupo debería haberse presentado con una ponencia política organizativa. Yo me limito a defender lo mío, los demás que planteen lo que crean conveniente, pero con sinceridad. Creo que soy bastante explícito.
P. La unidad parece ser casi una obsesión para usted.
R. La unidad se debe preservar porque llevó mucho tiempo construirla. Es una cosa deseable y necesaria que debe llegar y llegará. No es un bien ya para el Bloque como tal, porque las estructuras aparecen y desaparecen, es que para la sociedad gallega es el referente desde el punto de vista nacionalista y sería una pena que no siguiera así. Creo que de aquí saldremos fortalecidos.
P. ¿Qué opina del modelo asambleario sin delegados que promulga Xosé Manuel Beiras?
R. La decisión de que se hiciese la asamblea por delegados la tomó una asamblea nacional. El problema está en que votamos unas normas de funcionamiento que hay que respetar. En mi opinión, este modelo es mejor.
P. No todos están de acuerdo con la continuidad de Quintana en el Parlamento tras el fracaso electoral. ¿Cuál es su postura?
R. Soy de los que digo que, aunque me gustase más o menos, asumo todo lo que hizo el BNG hasta ahora. Lo acepto y lo respeto, a secas, sin más.
P. ¿La recuperación del poder pasa necesariamente por renovar alianzas con el PSOE?
R. No es tan fácil de resolver si no cambia el marco político. Pretendemos ser de izquierdas pero somos nacionalistas, y ésa es la pequeña diferencia y la de las grandes consecuencias, pero no va a quedar por nosotros que haya alternativa al PP. Si lo dice por ese debate de la bioposición unida, no lo comparto y estoy seguro de que el PSdeG tampoco. Sería absolutamente antinatura. No es un debate que esté apareciendo en el BNG, al menos explicitado. Somos fuerzas diferentes que podemos aliarnos y en el futuro también podrá ser.
P. Usted participa de otro bipartito, en Pontevedra. ¿Cuál es la receta?
R. Soluciones mágicas no tengo. Creo que el Gobierno de la Xunta anterior hizo cosas bien, mal y regular, pero no se puede decir que fuese desastroso para el país. En gobiernos de coalición, manteniendo el programa, que es el asunto clave, no debería haber ningún problema porque se expresen diferencias, después habrá problemas de transmisión. Nos falta educación democrática. De todas formas el Gobierno pasó y no me lleva a quedar prisionero. Tenemos que recuperar el Gobierno de la Xunta y, a más corto plazo, presentarnos en las mejores condiciones a las elecciones municipales. Pero ya digo que no tengo recetas mágicas. En fin, yo desde luego no soy un fenómeno.
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