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Crónica:32ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Athletic resurge en Soria

A pesar de jugar con 10 durante 70 minutos, el cuadro de Caparrós supera a un Numancia que se dio a la autocomplacencia

Emociones fuertes. El Athletic, al parecer, necesita emociones fuertes que le acerquen al abismo para ver el miedo. Si de paso, en sentido contrario, se encuentra un equipo como el Numancia, timorato y acomodado (sí, acomodado a pesar de ser el colista) mejor que mejor. Si además el árbitro le manda a la ducha a Aitor Ocio por una segunda tarjeta absurda, cuando el Athletic ya perdía por 1-0. Y si además el gol recibido es fruto de un rebote desafortunado, también de Aitor Ocio, el cúmulo de adversidades no podían sino enrabietar al bicho o mandarle a los corrales. Por si tenía alguna duda, al cuarto de hora de la reanudación, las cabezas de Brit y Gurpegui chocaron y el central rojiblanco se tuvo que ir con la nariz medio rota.

NUMANCIA 1 - ATHLETIC 2

Numancia: Juan Pablo; Juanra, Sergio Ortega, Boris, Cisma (Quero, m. 53); Del Pino (Lago Junior, m. 78), Dimas (Brit, m. 53), Nagore, Belvis; Barkero y Goiria. No utilizados: Mario, Palacios, Jaio y Kelemen.

Athletic: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; David López (Gurpegui, m. 26) (Etxeita, m. 61), Javi Martínez, Yeste, Susaeta; Toquero (Ion Vélez, m. 79) y Llorente. No utilizados: Armando, Del Olmo, Etxeberria e Iñigo Vélez.

Goles: 1-0. M. 10. Tiro de Cisma que sorprende a Iraizoz tras tocar en Ocio. 1-1. M. 30. Toquero dispara desde fuera del área. 1-2. M. 47. Llorente, en jugada personal.

Árbitro: Fernández Borbalán. Expulsó a Ocio (m. 20) y a Boris (m. 69) por doble amonestación. Mostró amarilla a Cisma, Ortega y Amorebieta.

Unos 9.000 espectadores en el Estadio de Los Pajaritos.

La adversidad enrabietó al conjunto bilbaíno mientras se amodorraba su rival

Y, claro, el bicho se cabreó, más que por su actitud, que fue mucha, por la apatía del Numancia, que, de repente, se sitió campeón. Su lectura del partido fue malísima. El colista no puede dar ni un partido por perdido ni un partido por ganado. Y el Numancia lo dio en el minuto 20, cuando se vio con un gol afortunado de Cisma, fruto de un rebote, y con un futbolista más sobre el terreno de juego. Ahí decidió el Numancia que había ganado y ahí perdió el partido. Ganaba, pero no era superior, y no lo entendió. Poquito a poco, Javi Martínez le iba comiendo el terreno y Toquero se bastaba para arrinconar a la defensa del equipo soriano y sembrarla de dudas. Con correr y presionar le bastaba hasta que halló el premio con un disparo precioso que se gestionó con humildad y entrega para ajustarlo al poste de Juan Pablo como un artista.

No había pasado nada, salvo en el acta arbitral, y el partido reflejaba dos goles por asuntos propios. Uno de Cisma, con la ayuda de Ocio, y otro de Toquero, sin la ayuda de nadie, que definían la actitud psicológica más que futbolística del partido. Antes y después no había pasado nada, salvo un tiro de Dimas que rozó el larguero y los enredos arbitrales.

Numancia y Athletic tienen suficientes problemas como para gustarse o enredarse con el toque. Quería el fútbol directo, el Athletic, y las faltas en el área, el Numancia, para la bota izquierda de Barkero. Por el medio, trabajo. Sobre todo, cuando Llorente, muy apagado en las últimas jornadas, se inventó otra jugada entre tres futbolistas para cruzar el balón en la portería de Juan Pablo. Fue su única aparición estelar, más allá del esfuerzo al que obligaban las circunstancias. Pero dejó el sello. Entonces entendió el Numancia que no había entendido nada. Y se contagió del espíritu rojiblanco (ayer de negro). Pacheta movió ficha y apostó por los bajitos, Brit y Quero, y cambió el equipo. Se volvió revoltoso, incisivo, incluso peligroso. Por la banda de Quero sufrió Iraola y llegó el Numancia. No es que fabricara ocasiones, pero lo parecía e intimidaba a un Athletic que tampoco se acomodó en su área. Menos aún cuando Fernández Borbalán amonestó por segunda vez a Boris y le expulsó en el minuto 69.

Y vuelta a empezar, pero con la variación de que el Athletic era el que venía de atrás, tras superar todos sus infortunios. La confusión le atenazó al Numancia. Sus organizadores juegan demasiado atrás y los de adelante demasiado arriba. Y en esa confusión se quedó el Numancia demasiado abajo en la clasificación cuando lo tuvo todo en su mano ante un rival al que debía amedrentar. Pero se durmió el león. Siempre se ha dicho que en las peores circunstancias, el club acaba salvando al equipo. Ayer marcaron Toquero y Llorente, pero quizás le impulsó el espíritu frente a la adversidad. Al Numancia le perdió la templanza, algo que está prohibido para cualquier colista. La contemplación no es el camino.

Toquero, seguido de Llorente, celebra el gol del triunfo del Athletic.
Toquero, seguido de Llorente, celebra el gol del triunfo del Athletic.EFE.

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