"Son las victorias que más valoro"

Messi e Iniesta son determinantes. Cuando la situación lo requiere, no fallan. Guardiola, el técnico azulgrana, lo sabe y procura no sacarles del equipo titular. Anoche, ante el inexpresivo Recreativo, Messi estuvo desconectado, falto de ganas y de balón para definirse sobre el campo. Sin eslalon; sin desborde. Pero apareció Iniesta y fue más que suficiente.

No era el partido de Messi, que salió al campo con la mano derecha vendada porque tenía un golpe en el dedo. Sí que dio algún pase de mérito que Bojan no aprovechó, pero no se prodigó en sus regates. Y como no estaba Eto'o sobre el césped -se alternan- lanzó el penalti que señaló el colegiado a instancias del auxiliar. Asier Riesgo lo detuvo; Leo miró al suelo, al frente y cerró los ojos. El Camp Nou, que valora su expediente -32 goles en las tres competiciones de la temporada- coreó su nombre sin atender al desenlace fatal de la pena máxima. Iniesta, sin embargo, en la banda contraria, se puso las botas.

Iniesta marcó un gol y provocó el otro, de Morris en propia puerta -el tercero en esa suerte del Barça, después de los de Jorge (Sporting) y Wellington (Málaga). De volante ofensivo o de extremo, el ocho desequilibró el partido. "El gol...", intervino el jugador; "...es un plus que me da más energías para lo que resta de curso". Así lo entendió Guardiola: "Seguro que el tanto le va a ir bien porque sé que sufre y que le gustaría hacer más. Pero ya estamos servidos con su generosidad y el nivel que mantiene". Iniesta añadió: "No me obsesiona, pero marcar goles no te hace mejor jugador, aunque sí más completo".

Para todos, Iniesta fue el mejor. Para Alcaraz, técnico del Recreativo, el árbitro fue el peor. "Hemos dado la cara ante el mejor del mundo y a pesar de las decisiones arbitrales", dijo. Y enumeró: "Dos penaltis a favor no pitados, uno en contra señalado...". Desde el Barça no replicaron. "No somos máquinas", convino Sylvinho. "Lo importante era ganar", puntualizó Márquez. "A ver si falla el Madrid", matizó Henry. "Un duelo menos", declaraba Iniesta. "Ocho", señalaba Guardiola; "porque ya los descontamos".

"Victorias así son las que más valoro", prosiguió el entrenador del Barça. "Nos costó, nos faltó ritmo, poner una marcha más", prosiguió. "No siempre es fácil, y más después del partido ante el Bayern. El ambiente era frío, y por eso le doy más importancia a este tipo de encuentros que a otros". Y remachó: "Jugamos sin brillo en un día un poco feo".

Guardiola no podrá sentarse el próximo martes en el banquillo de Múnich en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa contra el Bayern porque la UEFA le sancionó ayer con un encuentro -también mantuvo la tarjeta amarilla mostrada a Messi. "Pese al 4-0 a nuestro favor habrá que ir con mucho cuidado. El Bayern nos puede meter cuatro goles. No he tenido que esperar a que le marcaran cuatro goles al Eintracht para saberlo. Yo estuve en Kaiserslautern".