"No es un inicio digno de Ferrari"
Los abandonos de Massa y Raikkonen suponen el peor arranque de temporada para la escudería italiana en 17 años
Dos años lleva Stefano Domenicali como máximo responsable de Ferrari en el Mundial de F-1 y se puede deducir que los arranques no son su especialidad. Como ya ocurrió la temporada pasada, ninguno de los dos bólidos rojos cruzó la línea de meta en el Gran Premio de Australia. En 2008, Kimi Raikkonen consiguió sumar un punto de rebote al ser sancionado Rubens Barrichello. Ayer, la escudería de Il Cavallino Rampante se fue de Melbourne en dirección a Sepang de vacío. Es el peor arranque en los últimos 17 años para el equipo de Maranello, el más laureado de la historia. "Este no es un inicio digno de Ferrari. Para nosotros ha sido un día para olvidar", reconoció Domenicali.
Felipe Massa y Raikkonen tomaron la salida desde la sexta y la séptima posición, respectivamente, con el compuesto más blando de Bridgestone. La estrategia de ambos se basaba en acumular la máxima ventaja posible respecto a los pilotos que habían elegido los neumáticos más duros durante las primeras vueltas de la carrera. Sin embargo, en el muro del equipo italiano pronto se dieron cuenta de que no habían acertado con el plan porque las gomas de los dos monoplazas comenzaron a desintegrarse tras dar cinco giros al circuito.
Los dos pilotos se quejan amargamente de los neumáticos blandos
"Estamos metidos en el grupo de los Red Bull y los BMW", considera Massa
"He hecho una buena salida. El problema han sido los neumáticos blandos", reconoció Massa. "Me he visto obligado a entrar en boxes [11ª vuelta] mucho antes de lo que habíamos planificado y, luego, el coche de seguridad [19ª vuelta] ha acabado de arruinar mi carrera porque he tenido que rodar ocho vueltas detrás suyo. Es evidente que no es una buena forma de comenzar la temporada", se lamentó el brasileño, que circuló tercero la mayor parte del tiempo.
La hoja de ruta de Ferrari pasaba por que sus dos coches realizaran dos paradas, pero la tempranera entrada de Massa le obligaba a hacer otra. No le dio tiempo porque su bólido se quedó seco. Los comienzos de Domenicali como dirigente no han sido buenos, pero los del brasileño como piloto tampoco son para presumir. "Estoy habituado a comenzar mal. El año pasado tuve un problema con el motor y el anterior salí de los últimos. No sé por qué, pero me cuesta mucho conseguir un buen resultado en Australia", relativizó Massa.
Raikkonen, su compañero, argumentó que su monoplaza perdió mucha adherencia cuando colocó los neumáticos duros. Sin embargo, el finlandés, campeón del mundo en 2007, asumió su parte de culpa en el accidente que le eliminó a tres vueltas del final. "He golpeado muy fuerte contra el muro. De repente, he perdido el control del tren trasero del coche. Conducir con estos neumáticos no es fácil, pero asumo mi error", se autoinculpó Ice Man.
Con la clasificación final de ayer en la mano, no resulta fácil saber qué es lo que hay que esperar de Ferrari para este Mundial. Antes de la irrupción de los Brawn GP en las últimas pruebas que se llevaron a cabo en el circuito de Montmeló (del 9 al 12 de este mes), la Scuderia parecía tener la situación bajo control. Sus coches eran rápidos, fiables, y Massa y Raikkonen habían realizado muy buenos entrenamientos durante el invierno tanto con el bólido como en el gimnasio. Pero llegó Ross Brawn y alborotó el panorama. Williams, Toyota y Red Bull también aumentaron su ritmo y las diferencias entre ellos se apretaron.
La pregunta es obligada: ¿en qué punto se encuentra Ferrari? A corto plazo, la respuesta la dio ayer Massa: "Si tomamos como referencia esta carrera, es evidente que los Brawn están en otra dimensión. Luego, está Vettel con el Red Bull, que ha exhibido un ritmo muy rápido y constante, incluso un poquito mejor que el nuestro; y Kubica con el BMW, que también ha demostrado que es rápido. En estos momentos, estamos metidos en ese grupo", expuso el vigente subcampeón. Pero aquél que pretenda calibrar las posibilidades reales que tiene alguno de los dos pilotos de rojo de ser campeón tendrá que esperar. En primer lugar, a la resolución de la Corte de Apelación, el 14 de abril, acerca de los polémicos difusores empleados por los Brawn, los Williams y los Toyota. Y después, a que el campeonato regrese a Europa, el 10 de mayo, en el circuito barcelonés de Montmeló. A partir de entonces, la fábrica de Maranello podrá incorporar las modificaciones más relevantes que crea oportunas en su F60.
Más allá del fiasco clasificatorio, hay otro elemento en común en los dos últimos años. Si en 2008 Jean Todt dejaba la dirección deportiva en manos de Domenicali, hace poco se supo que el francés, artífice del fichaje de Michael Schumacher por Ferrari, se ha desvinculado de la fábrica. Con Todt ya no queda nadie de la estructura técnica que llevó a la marca italiana a la cima. El primero en irse había sido precisamente el gran triunfador de ayer, Ross Brawn.
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