El Betis no pasa de la nada
El equipo andaluz se duerme ante un Osasuna inexistente que logra llevarse un punto
Necesitado de un balón de oxígeno, el Betis desmostró ayer que puede vivir en el filo como si el problema no fuera con él. Ante un Osasuna rácano y reservado, el equipo andaluz se durmió en los laureles y prefirió no perder antes que ganar.
No tuvo oposición el Betis porque Camacho así lo quiso. Osasuna se encerró en su cueva desde el primer momento, rehusó atacar y cedió todo el campo para uso y disfrute del conjunto de Chaparro. ¿Y qué hicieron los verdiblancos? Poca cosa. El Betis se ha habituado a vivir entre turbulencias. Ni la urgencia de una victoria que le aleje del pozo ni los silbidos constantes en el estadio perturban a los jugadores o al técnico, que pende de un hilo cada vez más fino.
BETIS 0 - OSASUNA 0
Betis: Ricardo; Nelson, Melli, Juanito, Fernando Vega; Damià (Odonkor, m. 68), Mehmet Aurelio, Arzu, Sergio García (Xisco, m. 85); Emaná (Pavone, m. 82) y Oliveira. No utilizados: Casto; Ilic, Rivas y Rivera.
Osasuna: Roberto; Azpilicueta, Sergio, Miguel Flaño, Monreal; Puñal (Vadocz, m. 82), Nekounam; Juanfran (Delporte, m. 59), Hidalgo (Masoud, m. 68), Plasil; y Dady. No utilizados: Ricardo; Javier Flaño, Josetxo y Sola.
Árbitro: Rubinos Pérez. Mostró la tarjeta amarilla de amonestación a Sergio, Juanito, Fernando Vega, Masoud, Azpilicueta, Delporte, Dady y Arzu.
Unos 40.000 espectadores en el estadio Ruiz de Lopera.
Y con esa tranquilidad se lo tomaron ayer. A pesar de hacerse con el balón, más por desidia de los rojillos que por interés propio, el Betis impuso un ritmo lento y sosegado. Casi mortecino. Apenas salpicado con algún chispazo de Oliveira, una pizca del voluntarismo de Sergio García y las llegadas de Emaná. Con eso tuvo suficiente el cuadro andaluz para complicar la vida a Roberto mientras Ricardo se dedicaba a pasar la tarde con el beneplácito de Dady, aislado en la punta del ataque osasunista.
Ambos equipos mantuvieron su actitud tras el descanso. Osasuna, sin intención alguna de acercarse a la caseta de Ricardo; y el Betis, escaso de recursos y desganado. Aun así, Mehmet Aurelio se inventó un latigazo que acabó estrellándose en el poste. Ahí chocaría también el posterior cabezazo de Juanito tras un centro de Arzu en el tramo final de un partido en el que Osasuna se olvidó de que para ganar hay que rematar al menos a puerta. Aunque es probable, visto lo visto, que la victoria tampoco entrara en los planes de Camacho.
El pánico a la derrota agarrotó al cuadro verdiblanco. No perdió, pero, a estas alturas, un punto puede no ser suficiente ni para el Betis ni para Chaparro.
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