El vestuario del Atlético explota

Tras meses de ebullición a fuego lento, el vestuario del Atlético explotó tras la eliminación contra el Oporto. Fue una erupción. "En vez de consolarnos, quedarnos fuera de la Champions sin perder un solo partido nos ha sentado como un tiro. Es como si le hubieran echado sal a la herida", explicó un jugador. Al frente del volcán, el clan de los suramericanos, con Agüero y Maxi al frente. "Forlán siempre jugaría en mi equipo", sacudió El Kun, muy crítico con Abel Resino por sentar 53 minutos a su compañero de ataque. La eliminación ha acabado por dividir a un vestuario que estaba lleno de rendijas.

"Arrastraba molestias en los isquiotibiales así que, después de empatar en el Bernabéu, le dijimos que necesitaba reposo y no saldría de titular en Oporto. Lo entendió", replica el cuerpo técnico. ¿Entonces por qué no lo dijo Forlán? "Porque si salía a pecho descubierto a defender a Abel, se ganaría enemigos en el vestuario", insisten en la caseta. "Forlán lo asumió con profesionalidad", apunta el círculo íntimo del jugador, hasta el miércoles titular en todos los partidos con Abel, mientras que Agüero disputó 20 minutos ante el Sevilla, 65 frente al Getafe y 55 en la ida con el Oporto. "Ahora tocaba dosificar a Diego", insisten los responsables del banquillo, que reiteran que les contrataron "para dejar al equipo entre los cuatro primeros de la Liga": "Lo demás es secundario". Es decir, que el cuerpo técnico primó el partido del domingo ante el Villarreal a seguir en Europa.

El mal ejemplo de Maxi

Agüero no se cortó en sus reproches: "Yo no traje a Abel. Si de once en el equipo, tres no estamos de acuerdo con el míster, no podemos hacer nada". Maxi, caliente tras haber sido sustituido, abandonó el estadio muy molesto. "Pues debería ser un referente, sabe muy bien que el fútbol funciona por jerarquías. Si él dio ese ejemplo, ¿qué se puede esperar de los demás, de los que están encendidos porque no juegan?", dicen los técnicos.

Los reproches no fueron exclusivos para Abel. Maniche, que ha dejado de ser titular, se ganó "el rechazo" del vestuario cuando, faltando pocos minutos, chutó desde 40 metros en vez de abrir el juego. "Le recriminamos por ser tan egoísta", confirma la plantilla. El medio portugués alimenta el fuego: "No quiero pensar que haya órdenes de arriba para que no juegue".