Lampard y Drogba ponen las reglas

Mordió, apretó y enseñó las uñas el Juventus. Pero le faltó rematar y le sobró el descosido de Lampard y Drogba, que ponen sus reglas a cualquier partido. El Chelsea empató (2-2) en Turín y superó la eliminatoria por el resultado de Stamford Bridge (1-0). Lo mismo que el Bayern, que aplastó en Múnich al Sporting de Lisboa (7-1).

Ranieri, consciente de la táctica del Chelsea, varió su dibujo y usó un 4-3-3 que le salió de rechupete hasta que Lampard quiso. Hiddink entiende el fútbol desde la pelota. Le gusta marearla para alcanzar el marco rival. Con el Chelsea puebla la medular con interiores -Ballack, Lampard, Essien y Mikel- y declara las bandas espacio reservado para las incorporaciones de los carrileros Bosingwa y Cole. Ranieri replicó con tres arietes, con Del Piero y Iaquinta como tapones para las subidas del lateral. Y los borraron. Acusado con frecuencia de rácano en su propuesta de fútbol, Ranieri descolocó anoche tanto al aficionado como al oponente.

La Juve atacó sin remisión. Defensa adelantada y balones a las carreras de Iaquinta. En una de ésas, recibió, tocó a Trezeguet, que se la devolvió a la media vuelta, y remató cruzado. Gol. El Chelsea estaba tocado; Lampard, no. Con dos arrebatos le alcanzó al equipo londinense para sentenciar la eliminatoria. Una falta que lanzó Drogba y que se convirtió en el gol fantasma que no valió y un remate que se inventó Lampard de la nada. En tres metros, recibió, se revolvió y le pegó al balón con fuerza. Lo desvió Buffon con ayuda del larguero y el rechace lo recogió Essien, que solo puso el pie.

Con 10 -Chiellini vio la tarjeta roja-, el Juventus apeló a la épica. Belletti ayudó con unas manos dentro del área que Del Piero aprovechó para marcar de penalti. A la Juve, sin embargo, le faltó el último arreón y Drogba decidió.

El Bayern, por su parte, le tiene tomada la medida al Sporting de Lisboa. En la ida le endosó cinco goles y en la vuelta siete. Es el primero que marca doce en una ronda de ida y vuelta en el formato actual de la Champions. Toda una paliza, impropia de la máxima competición europea.