Fotoperiodismo para tiempos de crisis
Una crisis grosera se abate sobre una ciudad enorme que en invierno se convierte en una nevera y en verano en un enorme caldero de hormigón. Los inmigrantes siguen llegando y se hacinan en habitaciones minúsculas mientras los nativos empiezan a competir de nuevo por trabajos mal hechos y peor pagados. Un paisaje humano repleto de gánsteres, espías y celebridades, funcionarios corruptos y buscavidas, borrachos vagabundos y prostitutas, rentistas avariciosos y víctimas de incendios domésticos, la contaminación, los accidentes de tráfico. Millones de almas viviendo juntas en un estado de total soledad y perpetua excitación bajo la alucinación colectiva del progreso. Esa ciudad, que hoy podría ser Madrid o casi cualquier gran urbe del globo, fue la Nueva York en los años de la Gran Depresión, retratada sin piedad por Arthur Fellig, alias Weegee, parte de cuyas imágenes muestra desde este fin de semana la Fundación Telefónica en su sede de la Gran Vía.
Nacido judío en un pueblo del oeste de Austria a finales de siglo XIX, Weegee se instaló en el Lower East Side neoyorquino para crear todo un género fotográfico, el fotoperiodismo de sucesos, y dos estéticas a la vez, la de las películas de serie B y la del cine negro. Actuando toda su vida como freelance, conectado por radio a las emisoras de la policía y bomberos para conseguir llegar el primero al lugar del crimen o el suceso, se armó de una cámara y un minilaboratorio construido en la parte de atrás de su Chevrolet para conseguir a golpe de flash y magnesio las mejores imágenes de las peores cosas de la noche neoyorquina. Un zapato bajo la rueda de un coche, un cuerpo bajo una sábana, niños perdidos llorando, una joven acusada de matar a su bebé, señoronas ricas entrando a la ópera y siempre, de fondo, entre tinieblas, la multitud anónima fascinada, mirando. Con aquellas imágenes publicó, en 1945, su primer libro, La ciudad desnuda.
También del siglo XX, pero hispanoamericana, es la poesía a la que la Sociedad Estatal de Conmemoraciones y el Instituto Cervantes dedican la muestra Escrituras en libertad, en la que pueden verse libros, revistas, catálogos, fotografías, carteles, láminas y otros objetos creados por una treintena de autores, entre ellos Gómez de la Serna, Huidobro, Giménez Caballero, Brossa, el Grupo Zaj o la Cooperativa de Producción Artística y Artesana / Grupo N.O. Se trata de una exposición híbrida en la que se explora el carácter plástico de la palabra y se mezcla literatura e imagen con la intención de crear nuevos lenguajes o realidades. La muestra se completa con dos instalaciones especiales, creadas por Isidoro Valcárcel y Eduardo Scala.
Weegee's New York. Fundación Telefónica. Gran Vía, 28. Sábado y domingo de 11.0 a 21.00. Gratis. Hasta el 17 de mayo. Escrituras en libertad. Instituto Cervantes. Alcalá, 49. Sábado de 11 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Domingo de 11 a 14.00. Hasta el 24 de mayo. Gratis.
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