La crisis hace que se produzca menos basura

La crisis tiene un aspecto positivo: se produce menos basura. La gente gasta menos y aprovecha más los productos, tanto los de consumo doméstico como los muebles, los electrodomésticos y los utilizados en la fabricación industrial. Moraleja: Barcelona generó en el año 2007 un total de 865.095 toneladas de residuos, pero el pasado año, 2008, se cerró con una cifra inferior: 861.096, lo que supone el 2,5% menos, según datos facilitados ayer por la responsable del área en Barcelona, la concejal Imma Mayol.

No toda la basura tuvo el mismo comportamiento. Donde se produce la mayor caída es en los objetos que el Consistorio barcelonés llama "voluminosos", es decir, muebles viejos, electrodomésticos y otros de gran tamaño. Su caída alcanzó el 5,5%. Además de la crisis económica, que hace que este tipo de enseres tengan una vida más larga, hay otro elemento que juega a favor de una menor recogida: el aumento del precio de los metales ha hecho que pululen por las calles personas dedicadas a desguazar cualquier cosa que lleve hierro o algún derivado para luego venderlo. Esto hace que la recogida oficial sume menos toneladas que en años anteriores.

Materia orgánica

El otro bloque de desperdicios que registra un retroceso es la basura orgánica, pero no toda: la de origen domiciliario sube; baja, en cambio, la procedente de los mercados y también la de Mercabarna. El resultado global es que en 2008 se recogieron más de 2.000 toneladas menos que en 2007.

Mayol se mostró especialmente satisfecha del comportamiento de la recogida selectiva, cuyo porcentaje sube. Se recogió más papel y cartón (de 94.856 toneladas en 2007 se pasó a 97.803 toneladas el pasado año), más envases (de 17.053 a 18.462 toneladas) y también más vidrio (29.834 toneladas en 2007 y 31.285 en 2008).

La concejal de ICV presentó los datos en una planta de tratamiento de residuos, acompañada por el también concejal Francesc Narváez (PSC), que no evitó referirse al informe del Colegio de Ingenieros Industriales (véase EL PAÍS de ayer), que recomienda la incineración de residuos, en algunos casos. "Barcelona no se cierra a ningún sistema", aseguró ayer Narváez.