Jugadores de quita y pon

El pasado sábado, ante el Iurbentia, el Madrid presentó a Kennedy Winston, un alero estadounidense de 24 años que llega en sustitución de Quentin Hosley, cuya última aportación al equipo consistió en tirar un chicle a su técnico, Joan Plaza, tras ser sustituido en el partido de Copa ante el Barça. Winston, en 14 minutos, aportó dos puntos, un rebote y una asistencia en la derrota del Madrid en Bilbao. El club blanco ha fichado con él a 28 jugadores en los cuatro años que lleva en la dirección de la sección Antonio Martín, una cifra que se antoja exagerada. ¿O no?

"¿Comparado con quién?". Antonio Martín responde a la pregunta con otra pregunta. Y se explica: "Los datos en frío son llamativos, pero dicen pocas cosas. Habría que analizar cuándo se hacen los fichajes, por qué se hacen. En mi humilde opinión, no se puede hacer ninguna valoración de ello. Por lo menos, yo no la hago". La cifra, al menos, deja en mal lugar a los responsables de explorar el mercado en el club, desde el ojeador más modesto hasta el propio director deportivo. "Fracaso es una palabra que no me gusta ni oír. Errores de gestión se cometen constantemente, aunque sean compartidos en el sentido de que, cuando una pieza no encaja, no es culpa del jugador, ni del entrenador ni del club. Todos tenemos un poco de culpa. En ese sentido, como máximo responsable, el máximo culpable soy yo".

El último en salir ha sido Hosley, que deja el club entre penumbras, con siete puntos en los 17 minutos que ha disputado de media en la ACB. "A veces, la capacidad de adaptarse de un jugador a la dinámica de un club grande como el Madrid es distinta a si estuviera en otro equipo con otros objetivos distintos. Adaptarse a un Madrid, un Barça o equipos así no es tan fácil. Pero, si me dice que no se ha medido bien la capacidad real de un jugador, puede ser un error. Mío, sin duda".

"Los nuevos fichajes nos ayudarán a seguir creciendo", decía Alberto Herreros, el adjunto a la dirección, al inicio de la temporada. Ya será menos. El mejor Madrid siempre está representado por los de toda la vida, con Bullock ("aunque suene cursi, lleva el ADN del Madrid", presume Martín) y Felipe Reyes a la cabeza, a quienes acompañan los Raúl López, Mumbrú, Llull o Hervelle de turno, todos viejos conocidos. "Entiendo lo que dice la gente", responde Martín; "pero, además de las estadísticas, hay otras cosas que aportan los jugadores, los intangibles... Por un lado, parece que está bien tener una columna vertebral y potenciarla y ahora parece que no es tan bueno... Yo estoy muy orgulloso de toda la plantilla. También hay una pregunta que es difícil no hacerse: asumiendo el traspié de la Copa, es llamativo ver la marcha del equipo y, en cambio, todo lo malo que se dice de él".

Pero Hosley acaba de irse como antes se había ido Lázaros Papadopoulos, parte de cuya ficha, de 2,3 millones anuales, paga el Madrid aunque juegue en el Bolonia. Como paga a Hamilton, que ha jugado 13 partidos de Liga en los últimos dos años. "Con Lázaros se intentó por activa y por pasiva, y tiene el talento que ha demostrado históricamente. Él tiene una forma de jugar y cree mucho en ella. Para este equipo, quizá debería haber sido más flexible. El tema de Hamilton, pues se trata de una lesión y cuando un jugador tiene una lesión...". Una lesión, no; la eterna lesión. "No sé qué quiere decirme con eso. Valore como crea oportuno lo que es una lesión de cartílago, yo no lo hago", sentencia Martín.