"Lass es un líder"
Los compañeros y los técnicos del Madrid elogian la adaptación y las cualidades del medio centro francés
El día que Lassana Diarra se presentó en el Bernabéu, el club le proporcionó la camiseta con el dorsal número seis sin tener en cuenta la sensibilidad de Mahamadou Diarra, el hasta entonces titular del seis. Al verlo por la televisión, Mahamadou, el veterano, el predecesor, se sintió traicionado. Así es el negocio del fútbol y así es el Madrid. Un rodillo por el que pocos jóvenes son capaces de transitar airosos. Mahamadou, que está lesionado y perdió su ficha, ya lo sabe bien. Lassana debió de sospechar algo. Por eso, nada más entrar, miró al frente con cara de póquer y, frotándose la piel, dijo: "Soy fuerte. Tengo carácter. Y he venido para empezar a jugar ya. No habrán pagado [20 millones de euros] para que me siente en el banquillo, ¿no?".
Lass fue titular cuatro días más tarde. Dos meses después de su llegada a Chamartín, se puede confirmar que su integración en el equipo ha sido una de las más exitosas que se recuerdan. Como dice Marcos Álvarez, el segundo entrenador del Madrid: "Lass nos está sorprendiendo. Juande y yo le conocíamos de sus etapas en el Arsenal y el Portsmouth, pero no habíamos apreciado las cualidades que está demostrando ahora. No sólo es un gran recuperador de balones. Además de ser un especialista defensivo de primer orden, es un líder. No es que hable mucho ni dé indicaciones a sus compañeros. Es por su forma de actuar. Por cómo juega los partidos. Pedir el balón, cuidarlo y dar criterio a la distribución es una forma de liderazgo. El hombre lo da todo".
A sus 22 años, Lass parece un producto acabado. Se parece poco al futbolista que seguían los técnicos del Madrid desde hace años. Miguel Ángel Portugal, el responsable de la detección de talentos del club, le había incluido en una lista de seguimiento desde que debutó en las categorías inferiores de la selección francesa, en 2005. Hace un año, el Arsenal se lo ofreció a Portugal para que se lo llevara al Madrid cedido con una opción de compra. Pedja Mijatovic, el director general de fútbol, consideró que el cupo de medios estaba cubierto con Gago y Mahamadou. Cuando Mahamadou se lesionó, hace cuatro meses, Portugal recuperó su lista. Allí había cinco medios centro. Diarra fue el elegido. Mijatovic dirigió la negociación con el Portsmouth sin percatarse de que el hombre había participado en la Copa de la UEFA y no podría inscribirse para la Liga de Campeones junto con Huntelaar, fichado dos semanas antes. En el cotejo salió ganando el francés. Juande Ramos no dudó en apuntar a Lass.
"Es como Makelele", suele decir Portugal; "muy dinámico y muy seguro de sí mismo". Lo mismo piensan los jugadores que se enfrentaron a Makelele. Como Óscar Serrano, el extremo del Racing, que salió del Bernabéu sorprendido de la capacidad de su oponente. "Me recordó a Makelele", dijo Serrano; "atacar al Madrid por la banda izquierda es prácticamente imposible. Lass llega a todas. Es un portento físico y está siempre bien colocado. Si Ramos sube, ahí va él a cortar".
La proyección de Ramos, que parece completamente recuperado físicamente, coincide con el establecimiento de Lass. El rendimiento del Madrid desde que Lass ingresó en el equipo, hace nueve jornadas, también ha sido impecable. El francés no conoce la derrota. Ni el empate. "Nos ha ayudado a equilibrar mucho más el juego", dice Pepe; "con Lass hemos ganado en seguridad y hemos recibido menos goles".
El Madrid ha pasado de una de las rachas defensivas más accidentadas de su historia a ceder sólo dos goles en los últimos nueve partidos. Los que ha jugado Lass. Los que han supuesto recortar cinco puntos a un Barça que también batió récords de eficacia.
Hace un año, Arsène Wenger cometió uno de sus escasos errores estratégicos. Al técnico francés, célebre por su ojo clínico, le falló la principal cualidad. Desdeñó a Lass por no aceptar el banquillo y vendió a Flamini y Gilberto. "Hace un año necesitaba madurar", le disculpa Marcos Álvarez.
Hoy, Lass ya está maduro. Tan maduro que desde que el Madrid perdió a Makelele, en 2003, no había tenido un volante central de igual jerarquía.
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