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Crónica:UNICAJA 79- G. CANARIA 69 | Copa del Rey de baloncesto
Crónica
Texto informativo con interpretación

La ley de Unicaja, la ley de Haislip

El 'pívot' estadounidense desatasca a su equipo ante un Gran Canaria que tiró la toalla

Veintinueve minutos de partido se llevaban cuando English intentó, por fin, dejarse ver; corrió hacia la canasta de Unicaja a toda mecha y se dispuso a encestar, tan feliz, tan convencido del éxito, cuando Haislip echó a volar para dibujar un tapón que pareció una mano que bajaba del techo del pabellón. Recuperada la pelota por Unicaja, Cook dirigió el ataque, encontró en un lateral al tipo aquel que acababa de reírse de la ley de la gravedad, y a él se la dio, a Haislip, que clavó el triple. Tan bien salió la jugada que Unicaja repitió. Siguiente ataque, siguiente resolución: balón de Cook a Haislip y éste que encesta desde la lejanía. Fue en ese momento, sólo en ese momento, cuando el partido estalló y la resistencia del Gran Canaria pasó a mejor vida. Segundos quedaban para que finalizara el tercer cuarto y por fin Unicaja consiguió darle lustre a su condición de favorito. Fue en ese instante cuando los malagueños impusieron su ley y acabaron con el conflicto, tras muchos minutos en los que las defensas dictaron su ley y la igualdad se impuso por encima de jugadores capaces de marcar diferencias, que no hubo. Bueno, hasta que Haislip echó a volar.

English apareció tarde, y el conjunto canario no aguantó el intercambio de golpes

No es un equipo menor el Gran Canaria. Vive una maldición en la Copa, pues cinco veces ha llegado a la fase final, seis con la de este año, y en todas se ha despedido el primer día, en los cuartos de final, su ronda tabú. Pero el equipo lleva años resistiendo entre los elegidos y no es sencillo derribarle. Que se lo digan al Unicaja, que pasó un suplicio para hacer valer su condición de favorito, una palabra que en este torneo es un chiste. Pero llegó tarde English a la fiesta y el equipo canario se quedó de nuevo con las ganas.

Logró la primera canasta y Savané, una de las joyas del Gran Canaria, se golpeó el pecho con violencia, como anunciando que el equipo llegaba dispuesto a dar guerra. Toda la guerra del mundo dio. Y no por culpa de English, su mejor arma, su artillería pesada desde la lejanía, que tardó un siglo en aparecer. Tanto tardó que cuando lo hizo, cuando le dio por encadenar cuatro canastas consecutivas, con dos triples incluidos, el partido había muerto, gobernado por Unicaja con desahogo (72-59, a cinco minutos del final).

Aprendida traía la lección Aíto y buena nota tomó de lo ocurrido en el enfrentamiento de estos dos equipos en la Liga ACB. Entonces, sorprendió el Kalise, que ganó (74-68), con una actuación estelar de English. Vistos los antecedentes, el técnico de Unicaja confió el marcaje del canadiense a Berni Rodríguez. Y éste, un tipo acostumbrado a desafíos de este pelo, o mayores, que hace como quien dice cuatro días se medía a Kobe Bryant en la final olímpica, cerró el examen con nota.

English apareció tarde y el Gran Canaria no aguantó el intercambio de golpes, por mucho que Moran lo intentara desde la distancia o que Savané lo peleara todo bajo los tableros ante Ndong, que acabó ganando el reto. Unicaja se presenta así, apenas malherido más allá de un susto que duró demasiado tiempo, en las semifinales. Pero mucho tendrá que mejorar, quizá ya con Carlos Cabezas recuperado, para no depender tanto de un solo hombre, por mucho Marcus Haislip que se llame.

Berni Rodríguez, a la izquierda, lucha por el balón con Sanders, mientras les observa Salva Maldonado, entrenador del Gran Canaria.
Berni Rodríguez, a la izquierda, lucha por el balón con Sanders, mientras les observa Salva Maldonado, entrenador del Gran Canaria.CLAUDIO ÁLVAREZ

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