De la Vega dice que las mujeres cobrarán igual que los hombres

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, prometió ayer en Lugo ante 600 mujeres la igualdad de salarios. "Touriño y Zapatero no tolerarán que ni una mujer cobre un euro menos por un trabajo similar", anunció la socialista. "No vamos a aceptar que se retribuya nuestro trabajo de forma distinta por el hecho de ser mujeres", añadió, y recordó que la Xunta ya está fomentando la implantación de planes de igualdad en las empresas.

De la Vega, que acudió a una comida mitin para mujeres convocada por el cabeza de lista del PSdeG en la provincia, Ricardo Varela, compartió mesa en un restaurante de las afueras con este conselleiro (el de Traballo), pero también con la titular de Educación, Laura Sánchez Piñón, y con el alcalde de la ciudad, Xosé Clemente López Orozco. Al segundo plato se presentó además el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Después, la vicepresidenta mantuvo un encuentro sin micrófonos con las periodistas. Porque el partido exigió que fueran mujeres las que asistieran a cubrir el acto. Los únicos hombres que había en el salón de banquetes eran los camareros, los guardaespaldas, Blanco, Varela y Orozco.

Segunda visita electoral

En los mítines que a modo de aperitivo abrieron el banquete no hubo promesas nuevas. Se repitieron concentradas las medidas anunciadas en días anteriores en pro de la mujer. En su segunda visita electoral a la comunidad (después de la inauguración de unas tuneladoras en Vigo que no empezarán a trabajar hasta dentro de dos meses), De la Vega dijo que el partido socialista va a poner en marcha un Consejo de Participación de la Mujer de carácter nacional, y 10.000 plazas en escuelas infantiles para Galicia. También habló de 500 millones de euros en centros educativos y de ayudas para la dependencia.

Además, los socialistas prometen, aunque ya lo anunciaron la semana pasada, un Fondo de Indemnización para mujeres maltratadas. Será para toda España, y a Galicia le corresponderán cinco millones de euros. Al terminar el discurso, el público se abalanzó sobre la vicepresidenta para besarla, abrazarla y darle presentes. La comida comenzó con una hora de retraso porque las 600 invitadas (el comedor estaba previsto para 440 y hubo que habilitar otra sala) no dejaban sentarse a la mujer con más poder político del Estado.