El tornado que azotó Málaga deja más de 1.500 damnificados
Los servicios sociales realojan a 32 personas en hostales y residencias
Un tornado de fuerza 1, que alcanza velocidades entre 117 y 180 kilómetros por hora, sacudió el domingo a la hora de la cena los barrios de Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero, dos de los más poblados de Málaga. El vendaval causó 25 heridos leves -dos de ellos seguían ayer en el hospital- y forzó el realojo de 32 personas.
Hasta ayer a las 20.00, el Ayuntamiento atendió a 1.600 afectados y recogió 655 peticiones de ayudas especiales que tramitará la Subdelegación del Gobierno por tratarse de una catástrofe. Las subvenciones para paliar daños en viviendas pueden alcanzar los 15.120 euros. Para comercios y comunidades de propietarios llegan a los 8.000 euros.
El viento arrancó de cuajo cientos de ventanales y empotró los techos de varias naves industriales en los pisos más altos de la barriada obrera de Nuevo San Andrés, la más afectada. Los bomberos encontraron parte de un quiosco en el interior de un piso noveno.
"Vi volar trozos de uralita como si fueran hojas de árboles"
El viento rompió los cristales o causó daños en la chapa de 400 vehículos
"Los temblores comenzaron a sentirse a las 21.15", explicaba ayer Concepción Aguilar, propietaria de un séptimo en el número 11 de la calle Cancho Pérez. "Vi venir trozos de uralita volando como si fueran hojas de árboles". Concepción, viuda de 65 años, caminaba entre cristales para mostrar a un bombero un marco de ventana atravesado en la cama donde duerme. "Si llego a estar acostada me mata", aseguraba.
Manuel Martín, propietario de un tercer piso en el número 7 de la misma calle se tomó a risa cuando su mujer le dijo que las ventanas de la cocina estaban volando. Irene, que se cubría la cara con las manos y sollozaba con sólo recordarlo, salió de la habitación y se refugió con su hija de tres años en un rincón del salón. "Los cristales comenzaron a entrar y la freidora salió volando por el patio de luces", contaba Manuel. "El daño ha sido menor porque teníamos la persiana bajada", añadía.
A mediodía, la familia recibió la visita de dos asistentes sociales que le tramitaron la estancia en un hostal. "Llevamos toda la mañana visitando bloque por bloque las calles de alrededor", explicaba una de las trabajadoras municipales. "Les informamos de cómo pueden pedir las ayudas y les ofrecemos la posibilidad de un realojo si no tienen familiares que los acojan". La mayoría de los vecinos que no pudieron pasar la noche en su casa por el frío optaron por irse a casas de familiares, señalaron fuentes municipales.
En apenas 40 segundos, el tornado dejó sin luz y completamente desconcertados a los vecinos. Desmenuzó la fachada de ladrillo visto de varios bloques de los aledaños y cruzó en las calles de la capital hasta 120 árboles. Durante todo el día, los operarios municipales recogieron 117 toneladas de escombros entre los que había farolas, ventanales, ladrillos o cascotes, y tuvieron conocimiento de daños en 400 vehículos por rotura de cristales. Seis colegios resultaron dañados. Dos de ellos suspendieron las clases.
La familia de Gabriel Álvarez pensó que era un terremoto y se refugió en la cocina. A José Guirado le sacaron de la cama los aullidos de su perro. "Si no llega a ser por él, el marco de la habitación me cae encima", decía. Todos, con las casas completamente revueltas, no encontraban el momento para recoger los destrozos y volver a la normalidad. Elucubraban con las coberturas de los seguros y reclamaban a los reporteros que les ayudaran con el reportaje gráfico de los daños.
Antes de visitar la barriada de Nuevo San Andrés, la ventisca peló la cubierta de la estación de autobuses de Málaga y el techo de un aparcamiento en la Avenida de Europa.
Un tornado es un torbellino de viento fuerte, acompañado por una nube en forma de chimenea que desciende desde otra formación nubosa. Puede penetrar poco en tierra o recorrer muchos kilómetros, causando grandes daños allí donde desciende. El tornado de fuerza 1 ocupa el segundo lugar en una escala de seis niveles creada por el japonés Theodore Fujita y utilizada para determinar la intensidad del fenómeno.
Según este parámetro, tiene fuerza suficiente para arrancar árboles en terrenos blandos y desplazar de la carretera automóviles en movimiento. También hace que se desprendan coberturas de los techos y se rompan los cristales de las ventanas.
El tornado en cifras
- Su paso por la barriada malagueña de Nuevo San Andrés, la más afectada, duró apenas un minuto.
- Alcanzó velocidades entre 117 y 180 kilómetros por hora.
- Los bomberos atendieron 20o servicios en 20 horas.
- Los servicios de limpieza retiraron de las calles 120 toneladas de escombros y 120 árboles.
- Los afectados cursaron 655 peticiones de ayudas
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