_
_
_
_
OPINIÓN
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contraespionaje

Juan Cruz

Esto del periodismo es curioso. El otro día estuve viendo los minutos finales de un programa de Telemadrid que suelo mirar, Madrid opina, de Ernesto Sáenz de Buruaga.

Me sorprendió ver en la fila de los senadores (es un programa con senadores) a un consejero de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, y a un magistrado de la Audiencia Nacional, Enrique López. Y había un socialista de apellido Carmona al que no dejaron tocar bola cuando llamaron a combate. En un programa donde dominan periodistas (y estaba Luis Rodríguez Aizpeolea, de EL PAÍS) resulta atractivo ver a gente que no ejerce el oficio.

Me sorprendió también ver en los escaños de los periodistas a Cristina Alberdi, ex ministra socialista que ahora ejerce también el oficio de opinadora; espero que no se ofenda si no la llamo periodista.

¿Y qué hacía allí Cristina Alberdi? No estaba, claro, en su condición de ex ministra; la recuerdo bien de aquellos tiempos, quería incluso publicar un libro, "como otros que están publicando por ahí". Y estaba en el programa, supongo, como Cristina Alberdi, aunque tengo derecho a pensar que quizá estaba también como Cristina Alberdi, consejera electiva del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, cuyo nombramiento depende, me parece, de la presidenta Aguirre.

Así pues allí había un elenco extraño para los tiempos que corren; los periodistas y sus sucedáneos se enfrentaban a la actualidad con armas distintas; los periodistas con lo que saben y los otros con lo que les interesa. A veces los periodistas juntan las dos cosas, pero esto no me preocupa ahora.

Mi preocupación es saber por qué, al final del programa, como queriéndolo juntar con el espacio informativo (!) que venía después, aquellos periodistas empotrados en la tertulia empezaron a sacar sus mandobles como si alguien les hubiera soplado el mismo argumento en las orejas. Qui prodest? ¡Qué demonios quiere EL PAÍS! Haciendo uso del método Olendorf, cuando Buruaga sacó el asunto del espionaje, que primero negó y después aceptó Aguirre ("en la Comunidad no se espía", "lo sabía desde 2006"), saltaron a la yugular de este diario como si un caballo les estuviera pisando los talones.

El impulso llegó hasta el programa siguiente. Beteta y Alberdi se comportaron como escuderos, abrieron, aguerridos aguirristas. De Beteta y Alberdi entiendo el entusiasmo, pues les paga el mismo bolsillo (público) que paga por cierto a Buruaga. Pero ¿qué hacía ahí el juez? Estaría estudiando Periodismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_