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Crónica:Vuelta de los cuartos de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cabalga el Athletic

Los de Caparrós acceden a la semifinal tras remontar a base de espíritu el temprano gol de un Sporting sin pausa

La heráldica del Athletic aplacó la efervescencia del Sporting y el equipo bilbaíno sabrá esta noche si se las verá con el Barcelona o con el Espanyol en la antesala de la que sería su primera final de la Copa del Rey en 25 años. Conquistaron los leones un duelo digno de la mística de la competición. Y eso que el 0-0 de San Mamés no invitaba a pensar en grandes dispendios, ni en ataques de osadía.

Acabado el choque de ida, el Athletic se felicitaba por no haber encajado un solo gol, y el Sporting, por lo mismo. Las fuerzas estuvieron tan parejas que anunciaban para la vuelta un choque de elástica remangada, tan metalúrgico como el pasado de las ciudades en contienda. Nada de eso ocurrió. Medio minuto tardó en manifestarse la magia de la Copa, competición tan impredecible como, en ocasiones, subestimada. No la desdeñaron ni el Sporting ni el Athletic, decididos ambos a aliviar sus urgencias históricas: 27 años han pasado desde que los asturianos jugaron la final.

SPORTING 1 ATHLETIC 2

Sporting: Sergio Sánchez; Sastre, Iván Hernández, Neru, José Angel; Matabuena (Camacho, m. 46), Míchel (Barral, m. 53); Luis Morán (Omar, m. 75), Carmelo, Diego Castro; Bilic. No utilizados: Sergio S. Izquierdo; y Colin.

Athletic: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; David López (Gurpegui, m. 89), Javi Martínez, Orbaiz, Gabilondo (Yeste, m. 46); Ion Vélez (Toquero, m. 83) y Llorente. No utilizados: Armando y Susaeta.

Goles: 1-0. M. 1. Morán, de fuerte disparo. 1-1. M. 41. Gabilondo, de vaselina. 1-2. M. 50. David López, de cabeza.

Árbitro: González Vázquez. Amonestó a Sastre, Míchel, Yeste, Barral, Carmelo y, Omar.

Unos 20.000 espectadores en El Molinón.

Gris en el remate pero hegemónico en las disputas, Llorente sirvió el empate
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"Si jugamos así, podemos ser optimistas"

El blasón bilbaíno no achantó al Sporting. Arropado por su entusiasta afición, el conjunto gijonés saltó al verde con el cuchillo entre los dientes, decidido a marcar territorio desde la primera disputa. Lo hizo. Un error de Iraola, que acostumbra a ser el león más fiable, permitió a Diego Castro montar un contragolpe y a Morán abrir el marcador. El delirio se desató en el graderío pese a que muchos aficionados aún no habían tomado asiento. A los 30 segundos, la eliminatoria y la temporada se le enmarañaban al Athletic, que se vio obligado a cambiar de plan sobre la marcha, de cazador a cazado.

Pese al desconcierto inicial, encajó bien el golpe la tropa vasca: Llorente se ofreció como referencia y en torno a él comenzaron a orbitar David López, Ion Vélez y Javi Martínez, incluso Koikili. Todos pudieron marcar. Como quiera que al despliegue físico de los leones opuso el Sporting uno no menos dadivoso, el primer tiempo resultó trepidante, más de lo que hubiera deseado Manolo Preciado. Impulsados por el entusiasmo general, percutían los gijoneses por ambas bandas. Cuando no remataban, Diego Castro y Morán surtían balones al guerrillero Bilic. Pero aquel intercambio de golpes sólo podía favorecer al rezagado, y ése era el Athletic, que tuvo una virtud: esgrimir su mejor virtud, y ésa es hoy Llorente. Gris en el remate pero hegemónico en todas las disputas, el riojano peinó un balón que Gabilondo, sutil, envió a la red. Restaban 50 minutos pero el Sporting acusó aquel golpe en la mandíbula. David López, a la vuelta de los vestuarios, le asestó la puntilla. Cabalga el Athletic y sueña Bilbao.

Llorente se lleva el balón ante Sastre.
Llorente se lleva el balón ante Sastre.AFP

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