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Mayor, rechaza la división entre duros y blandos

Carlos E. Cué

Tras varios meses de discreción, casi de silencio, mientras esperaba la decisión del líder sobre su futuro, Jaime Mayor reapareció ayer con un completo discurso de lo que se espera de él, un democristiano convencido: la defensa del "rearme moral" de la sociedad y con un llamamiento enfervorecido a los suyos para que no caigan en la "trampa" de abrir grietas y aceptar "que hay duros y blandos, halcones y palomas, renovadores y continuistas".

En un tono mitinero que animó al público -Rajoy le ganó por poco en aplausos, pero Mayor fue recibido, como el día anterior Aguirre, con la mitad del público en pie, mostrando las preferencias de la clientela madrileña del partido-, el candidato a las europeas, uno de los pocos en la cúpula que vienen de UCD, recuperó las figuras de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Manuel Fraga y José María Aznar para reivindicar que "el centro derecha, el PP, no necesita reinventarse".

Muchas de sus palabras parecían llamamientos contra el marianismo, acusado por los medios conservadores de reblandecer el discurso, de intentar reinventarse, de abandonar los principios. Pero todo quedó en nada cuando habló Rajoy. Por eso Mayor, a la salida, muy satisfecho, destacaba a EL PAÍS que Rajoy había dicho "lo mismo" que él sobre la necesidad de recuperar los valores, por lo que ya no se puede hablar de dos discursos en el PP.

Mayor insistió en la idea de la crisis moral y recuperó la idea del "sin complejos" de Aznar, para pedir a su partido que "no tenga complejos a la hora de hablar del rearme moral". "Son ellos los que deberían tener complejos", clamó en referencia a la izquierda española. "El PP no puede ser un partido resignado con el modelo territorial del Gobierno", aseguró mientras Dolores de Cospedal, la secretaria general, que siempre centra su discurso en la nación, dijo que "España, como dice Albert Boadella, es un conjunto de afectos". Mayor también tuvo palabras de afecto para Rajoy, porque "le toca presidir el partido en uno de los momentos de mayor dificultad de la democracia española desde 1976".

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