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Entrevista:

"Estamos entre el rock duro, el pop y los cantautores"

Asfalto, pioneros del sonido urbano madrileño, vuelven con el disco 'Utopía'

Año 1977. Han pasado un par de años desde el "españoles, Franco ha muerto" y el panorama musical español está a punto de ebullición. Triunfa Triana, Kiko Veneno y los Amador graban Veneno, los Burning se animan por fin a cantar en español y los miembros de Tequila acaban de desembarcar en España huyendo de la dictadura argentina. Los protagonistas de la movida son todavía muy jóvenes, pero ya están en marcha. Y sin embargo, quienes partirán la pana hasta los primeros ochenta son un puñado de grupos que graban en ese año bajo el sello Chapa Discos. Son los Ñu, Leño, Cucharada, Topo y unos tipos inclasificables llamados Asfalto. Estas bandas, y no otras, son quienes suenan día y noche en los radiocasetes de las habitaciones adolescentes, los mercadillos y los cutrebares del extrarradio de las grandes ciudades españolas; un territorio que en parte, y con el permiso de camelas, triunfitos, el reggaetón y los hiphoperos, todavía hoy les pertenece.

"Hemos sido coherentes, incluso a pesar de las dificultades"

Con la intención de demostrarlo se presenta esta noche en la Joy Eslava el más extraño e intelectualizante de aquellos grupos, Asfalto. "Esperamos entre el público una mezcla de calvorotas, heavies y gente joven", comenta Julio Castejón, el único integrante de la formación de los setenta que permanece en ella. "Acostumbramos a ver de todo, desde polos Lacoste a chupas de cuero", asegura Viti Ilarraza, el batería. Los Asfalto evitan etiquetas, incluso la del rock progresivo, y por supuesto la del heavy. "La gente que no nos conoce nos coloca lo del heavy porque tenemos riffs e hicimos giras con Barón Rojo y Obús, pero somos otra cosa", cuenta Carlos Parra. Ellos creen que se encuentran "entre el rock duro, el pop y la poesía del cantautor".

La historia de Asfalto se inicia a finales de los sesenta. Según Castejón, había en España bandas estupendas pero poco conocidas, "equiparables al british pop, con una instrumentación sencilla y buenas armonías". Entre ellas estaban Los Iberos y Los Tickets, unos tipos que acompañaban a Vainica Doble. Su productor, el cantautor Manolo Díaz, vio que en Los Tickets había madera, pero creía que el nombre "era una gilipollez" y los bautizó como Asfalto. "Montaron un trío al estilo de Cream, grabaron un single, pero no pasó nada y el grupo se disolvió. Eran de Atocha, como yo, que estaba en Los Handicaps y acababa de volver de la mili. Me dijeron: '¿Qué, hacemos algo juntos?'. Y volvimos a montar Asfalto, en el 74", cuenta Julio. Empiezan entonces los conciertos en las salas, pero hasta el 77 no graban el primer elepé. "Influidos por Quadrophenia y Tommy, nosotros pensábamos en hacer una ópera rock, pero llegaron los de Chapa Discos y nos pusieron a grabar". El disco se tituló también Asfalto y fue un pelotazo.

"En realidad, fue un accidente. Estábamos todos de estreno. Teníamos 40 horas para grabar y nadie tenía ni puta idea de nada". Los miembros del grupo escucharon lo grabado y, horrorizados, decidieron dejarlo. Todos, menos Julio, que siguió con el proyecto. Y despegó. En el 78 graban Al otro lado, en el 79 Ahora y en el 80 Déjalo así, el primer doble elepé de un grupo de rock español. Es su etapa de gloria. A Julio le presentan entonces a un tal Joaquín Sabina. "¿Y este quién es?", pregunta Julio. "Ha grabado un disco, La Mandrágora, es cantautor", le dicen. "No me vengas con canciones, cantautor de los cojones", dice que respondió. "Los cantautores son un coñazo", asegura, "se puede cantar poesía, pero tienes que cantarla bien". En 1983, Asfalto graba Más que una intención, su último gran éxito. Para entonces ha estallado la nueva ola y eso que después se llamará la movida. "La movida no existió, la movida habíamos sido nosotros. Eso se lo inventó Sordovás [dice en alusión a Jesús Ordovás, que entonces era director del espacio Diario Pop de Radio 3], que decidió que todo el mundo tenía que escuchar a los de la nueva ola, estar de fiesta, bailar y cantar que querías ser un bote de Colón", cuenta Castejón.

Pero la nueva ola fue un maremoto y el rock duro en español empezó su vuelta al extrarradio. Desde entonces hasta 1994, el grupo saca cinco discos y entra en el anonimato.

"Hemos sido coherentes incluso a pesar de las dificultades", comentan. El año pasado, Julio reunió a una serie de músicos amigos y volvió a formar Asfalto para grabar Utopía, su último disco. Entre medias, más de 30 años de música en el que aseguran que no han cumplido con el mito de las drogas, el sexo y el rock and roll. "En los setenta sí hubo drogas, pero cuando vimos las consecuencias, se acabó", asegura Julio. En cuanto al sexo, parece que tampoco. "Existe un dicho: ligas menos que tocando en Asfalto", dice entre risas Viti Ilarraza. Hoy tampoco esperan demasiadas mujeres. Clubes de fans aparte, ellos se consideran un grupo de culto muy respetado: "Hacemos música para músicos y para freakies".

Asfalto. Discoteca Joy Eslava. Hoy a las 21.00. Precio: 18,50 euros.

Los compoentes de Asfalto, en el centro de Madrid.
Los compoentes de Asfalto, en el centro de Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

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