Jove promete salvar Caramelo tras tomar el 92,5% del capital
El "objetivo prioritario" de Manuel Jove tras tomar el control, a través de su corporación Inveravante, del 92,5% del capital de Caramelo es "un plan de negocio que garantice la viabilidad" de una empresa textil endeudada en el último año. El primer paso del ex dueño de Fadesa, según informó ayer, fue reorganizar el equipo directivo del grupo Caramelo, que dirige Fernando Maudo Arranz, procedente de Coronel Tapioca, y Pedro Várez González al frente del departamento financiero.
La empresa fundada en A Coruña hace 40 años por José Antonio Caramelo y Luis Gestal, socios mayoritarios hasta su marcha en noviembre pasado -por desavenencias que dejaron vía libre a Jove para hacerse con la mayoría del capital-, también estrena responsables en las áreas comercial, producto, sistemas e imagen. "Con estos cambios en la estructura accionarial y directiva, Caramelo inicia el camino para convertirse en compañía líder, con el objetivo de mejorar su rentabilidad", aseguró ayer Inveravante. Una meta que requiere la adopción de medidas inmediatas en una empresa participada por la Xunta, a través de Sodiga (7,5% de las acciones).
Plan de viabilidad
El comité de empresa de la firma, que emplea 450 trabajadores en su fábrica de A Coruña, espera que ese plan garantice la viabilidad de un grupo que incluye la marca Antonio Pernas. CIG denunció que desde la llegada del nuevo director general ya se ha producido un cambio en las relaciones con las centrales sindicales. También informan advierten de un parón en las bajas incentivadas durante el último año para recortar la plantilla mediante despidos improcedentes.
En una reunión con el comité de empresa hace poco más de un mes, Jove aseguró su voluntad de sanear la firma. El pasado día 9, la nueva dirección de Caramelo entregó a los sindicatos una propuesta para negociar la prejubilación de 15 personas. Pero el sindicato nacionalista, mayoritario en el comité de empresa, reclama que se aclare el anuncio de finales de noviembre de suprimir hasta 120 puestos para salvar la situación económica del grupo. La CIG confía en la pronta presentación de un plan de viabilidad. CC OO, también representada en el comité de empresa, espera igualmente que se materialice las promesas del nuevo accionista mayoritario de reconducir la situación sin presentar un ERE.
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