"Nos debíamos este reencuentro"
Durante la última década, Francisco Fernández (Gijón, 1971) ha sido el gran estajanovista del pop-rock independiente español. Fundador en los años noventa de Australian Blonde -autores de aquel himno generacional que fue Chup chup-, los últimos tiempos los ha consagrado a su álter ego en solitario, Francisco Nixon, y a la banda que integraba junto al desaparecido Sergio Algora, La Costa Brava, con la que entregó seis álbumes en tres años. El aniversario de la sala El Sol sirve esta noche de excusa para la rea-parición de su grupo primigenio, al que le quedan pocos telediarios: algunos conciertos singulares y un último disco, en 2010, con letras por primera vez en castellano. "Es que ahora tengo un trabajo de oficina", se excusa Fernández, embarcado en una productora que elabora canales de televisión para Internet.
"El problema fue que no comprendimos el éxito y nos arrastró la ola"
Pregunta. ¿Recupera a Australian Blonde por mala conciencia?
Respuesta. Lo recupero porque son mis amigos y nos debíamos este reencuentro, una despedida en condiciones. A todo el mundo le gustaría tener siempre 20 años y seguir con los colegas, pero es sano evolucionar y vivir otras experiencias.
P. Eso de compatibilizar tres grupos, ¿obedece a algún desdoblamiento de la personalidad?
R. Es consecuencia del aprendizaje vital. Australian representa la inocencia y el entusiasmo de tus amigos del cole. Por puro azar nos hicimos populares, pero yo necesitaba desarrollar un proyecto en castellano. Así nacieron Nixon y mi amistad con Sergio, que me daba mucha confianza para crecer y escribir.
P. Sergio falleció en julio. ¿Qué cree que le diría ahora?
R. Él gastaba un humor muy negro. Me diría: "He visto ganar la Eurocopa a la selección, tengo deudas y ahora viene la crisis. Ahí os quedáis", y se marcharía.
P. ¿Arrancar con un éxito como Chup chup fue bendición o losa?
R. Llevábamos menos de un año juntos y de pronto nos vimos tocando cada noche delante de mil personas. El problema es que no comprendimos el éxito y nos arrastró la ola. Fuimos honestos e ingenuos, y algunas cosas salieron mal, pero seguimos cenando juntos en navidades.
P. ¿Y qué tal suenan ahora?
R. Mejor, porque no nos preocupamos tanto de meter ruido. Ahora, al repasar mis canciones me lo paso muy bien.
P. Aquello del Xixón sound, ¿sucedió en realidad o fue mera coincidencia?
R. Tenía mucho de operación publicitaria y nos terminó haciendo daño en términos de credibilidad. Tuvo aspectos positivos: discográficas independientes, un tejido de salas para directo... Pero ahora me da rabia que se nos presentara como una generación que despreciaba a sus antecesores, a los músicos de la movida.
P. El leitmotiv del primer disco de Nixon era la figura de la gimnasta Nadia Comaneci. Qué inesperados son, a veces, los caminos de la inspiración...
R. Lo importante es desinhibirte, no estar constreñido por miedo a dar pasos en falso.
Australian Blonde. Hoy, a las 23.00, en la sala El Sol. Entrada: 12 euros.
