Feijóo pide a sus candidatos que no repitan los "vicios del pasado"
El PP borra de las listas a todos los conselleiros de Fraga, salvo Pilar Rojo
Un informe interno de estrategia del PP recomendó hace dos meses a Alberto Núñez Feijóo soltar lastre, romper con el pasado para hacer creíble su mensaje renovador y encarar sin ataduras las primera elección de la era post-Fraga. Aquel informe salvaba de la quema a tres conselleiros: Xesús Palmou, por haber tutelado la sucesión desde la secretaría general del partido, José Antonio Orza, de quien destacaba sus conocimientos económicos en un contexto de crisis, y Pilar Rojo, persona de la confianza del presidente nacional, Mariano Rajoy.
Después de fichar al economista Pedro Arias como número dos por A Coruña, el presidente del PP gallego ha borrado de sus listas a Orza y también a Palmou. Su condición de mujer -para cumplir con la ley de paridad- ha salvado a Rojo, única integrante, junto al propio Feijóo, del último gabinete de Fraga que comparece en puestos de salida (ocupa el cuatro lugar en la lista de Pontevedra, donde coincidirá con otra ex conselleira, Corina Porro, alcaldesa de Vigo). Tras la remozada foto de familia, ayer en un hotel compostelano, el candidato redundó en ese mensaje rupturista con sus antecesores. "Debemos saber hacia dónde debe ir Galicia, de lo contrario, repetiremos los vicios del bipartito y los vicios de cuando estuvimos en el Gobierno", advirtió.
El hijo de Baltar está más cerca de la vicepresidencia de la Diputación
Después de cuatro años de oposición lastrada por la herencia de cuatro legislaturas de Gobierno, Feijóo ha empezado a reconocer los errores, si bien acusa al bipartito de haberlos "multiplicado" desde su llegada a la Xunta. Ese discurso empieza a escocer entre la vieja guardia del partido casi tanto como el golpe de mano que el presidente ha dado en el diseño de unas candidaturas elaboradas con gran secretismo.
Suya es la elección del propio Arias en A Coruña y del número seis en esta provincia, Pedro Puy, profesor universitario y miembro del Consello de Contas, sobrino de Fraga, a quien Feijóo ya recomendó sin éxito para las listas de 2005. Entre sus apuestas personales figura el secretario general, Alfonso Ruedad, tercero por Pontevedra, y la sorpresa en Ourense, el cabeza de cartel, Luis Carrera Pásaro, del que Baltar ha empezado ya a desmarcarse. En esta circunscripción, el barón ourensano ha logrado salvar a Miguel Santalices, en el último lugar con posibilidad de escaño, según las encuestas, además de a su hijo José Manuel, que retrocede hasta el sexto puesto.
Para contrarrestar su caída ante un hipotético triunfo del sector urbano en la provincia, el presidente ourensano ya había trazado un plan para su hijo cuando configuró el gobierno de la Diputación. En su organigrama, Baltar hijo figura desde las pasadas autonómicas como segundo suplente en la vicepresidencia de la institución, ocupada hasta hoy por el ex alcalde de la capital provincial Enrique Nóvoa, que esta mañana dimitirá para optar al escaño en el Parlamento gallego. Su teórico relevo, Eladio Mangana, alcalde de Baños de Molgas, no supondría un obstáculo -es hombre de confianza del sempiterno barón- para los intereses de la familia Baltar. Sus adhesiones inquebrantables en el núcleo duro de los diputados provinciales (la alcaldesa de San Cibrao de Viñas, Elisa Nogueira, llegó a ofrecer públicamente su escaño) haría posible el acceso de José Manuel Baltar a la Diputación y, en consecuencia, para aspirar al control provincial en el caso de que su padre decida retirarse a un segundo plano en el congreso de 2011.
Todo, en un momento en que el hijo de Baltar ve amenazado su privilegiado estatus en la Cámara autónoma, donde ha disfrutado durante los últimos cuatro años -como vicepresidente de la Mesa del Parlamento- de un sueldo de 8.000 euros, además de secretaria, chófer y coche oficial. Fuentes del PP orensano aseguran que su vuelta a casa hasta el congreso provincial sería una baza clave para mantenerse en la lucha por el control del partido en la provincia.
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