El Málaga se sale del guión
El ascendido acaricia los puestos europeos tras golear al Espanyol
Recién ascendido y con un planteamiento inicial de supervivencia, el Málaga ya piensa en los puestos europeos intentando no caer en la euforia. El conjunto que dirige Antonio Tapia ha logrado cerrar la mejor primera vuelta de su historia y la más positiva de un equipo que acaba de llegar de Segunda. Con la mitad de la temporada cumplida, los blanquiazules tienen la salvación prácticamente en el bolsillo.
No tuvo problemas el Málaga para deshacerse de un Espanyol que ha llevado el camino opuesto a su rival de ayer. Con importantes ausencias en la zaga, los andaluces mantuvieron a raya a los pericos y esperaron a que su velocidad en ataque diera frutos.
Las únicas opciones del equipo de Mané se cerraron con una buena jugada trenzada en la banda derecha por Eliseu y Apoño, que dio la asistencia perfecta a Adrián para romper el empate a la media hora de partido. Hasta ese momento, el interés de Rufete desembocó en cuatro buenas ocasiones, dos de ellas de Luis García, que se convirtieron en ejemplo del grave problema de definición en la delantera españolista esta temporada, enfatizada por las ausencias de Tamudo y De la Peña en La Rosaleda.
MÁLAGA 4 - ESPANYOL 0
Málaga: Goitia; Manolo, Cuadrado, Hélder, Calleja; Duda (Nacho, m.71), Apoño, Lolo, Eliseu; Adrián (A. Luque, m.78) y Baha (J. J. Luque, m.86). No utilizados: Arnau; Manu y Miguel Ángel.
Espanyol: Kameni; Sergio Sánchez, Jarque, Lacruz, Chica; Rufete (Valdo, m.65), Moisés Hurtado, Sielva (Coro, m.56), Román, Nené y Luis García. No utilizados: Óscar, Christian, Torrejón, David García, Ángel y J. Calleja.
Goles: 1-0, M.35. Adrián. 2-0. M.56. Poño, de penalti. 3-0. M.84: Baha, de penalti. 4-0. M.90: A. Luque.
Árbitro: Ayza Gámez. Mostró amarilla a Moisés Hurtado (m. 56), Jarque (m. 83) y Coro (m. 89).
23.000 espectadores en La Rosaleda.
Abierta la lata, el Málaga siguió a lo suyo. Orden defensivo y verticalidad hacia la portería contraria. Adrián encontró las bandas y en una gran jugada provocó el penalti convertido por Apoño que llevó el festín a la grada y más tranquilidad al campo.
La segunda mitad no tuvo historia. Los jugadores de Mané buscaron la vía rápida para llegar a la puerta de Goitia. El Málaga aprovechó la desazón españolista para rematar el encuentro y sólo encontró la mala noticia del día en la lesión muscular de Adrián cuando encaraba con hambre la portería de Kameni en una veloz cabalgada.
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