Stop a los accidentes en el rural
Víctimas de tráfico imparten educación vial en lugares castigados por los siniestros
"¡Ahora ya sabemos tanto de la carretera que podemos ser policías!", presume uno de los alumnos del colegio San Vicenzo, en Vimianzo, después de asistir a las actividades de educación vial organizadas en su escuela. Desde el miércoles, los niños de este centro de la Costa da Morte conocen un poco mejor las normas de circulación. Y todo gracias al taller organizado por Stop Accidentes, una asociación que intenta reducir la siniestralidad en las carreteras a través de programas formativos.
La actividad forma parte de una campaña de educación vial centrada en el ámbito rural. Desde el pasado septiembre, representantes de Stop Accidentes recorren los colegios de la provincia de A Coruña para concienciar a los niños de la importancia de un comportamiento prudente en la carretera. La vicepresidenta de la organización y presidenta de su delegación en Galicia, Jeanne Picard, explica que focalizan su trabajo en estas zonas porque "suele ser donde más accidentes hay". "Y además, en las ciudades la policía local organiza actividades educativas, pero aquí no". El programa está destinado a los niños de educación infantil y primaria, que, según Picard, disfrutan mucho de las actividades. "Ahora queda que respondan también los colegios, que se conciencien de la importancia de la educación vial", señala. Después de visitar Vimianzo, los representantes de la asociación estuvieron el jueves en Santiso y el lunes que viene se desplazarán a Monfero.
Un huevo sirve para explicar a los niños la importancia de llevar casco
"Para eliminar la siniestralidad la sociedad tiene que concienciarse"
En el centro vimiancés, el taller se desarrolló en la biblioteca, y fue la propia Picard la encargada de dirigirlo. Más de 50 alumnos de primero y segundo de primaria aprendieron cómo se tienen que comportar en la carretera, ya sea como peatones, ciclistas o futuros conductores. Para romper el hielo, la jornada comenzó con la proyección de una película titulada Tu amiga la prudencia. Con las primeras imágenes los niños se emocionaron y un "¡ohhhh!" generalizado resonó en la biblioteca. Después no se escuchaba ni un susurro: los alumnos estaban encantados con las aventuras de una serpiente llamada Prudencia, que enseña a los niños a comportarse en la carretera. Al acabarse la cinta, todos querían verla de nuevo, y lo exigieron a gritos bajo el lema de "¡otra, otra, otra!".
Una de las actividades que más expectación despertó fue un sencillo experimento. Picard utilizó un casco en miniatura y un huevo que representaba una cabeza humana para explicar lo que pasa en los accidentes de bicicleta. Metió el huevo dentro de la protección y lo tiró al suelo. De repente, los niños saltaron de sus sillas preguntando "¿se rompió?". Todos se sorprendieron al comprobar que el huevo estaba intacto.
Después llegó el turno de las diapositivas, en las que los niños tenían que señalar si reproducían conductas positivas o no. Aunque las profesoras les repitieron una y otra vez que participasen por turnos, los alumnos se peleaban por responder. La imagen de un motorista que transportaba a un perro en su vehículo provocó una carcajada general. "¿Lo está haciendo bien este chico?", preguntó la portavoz de Stop Accidentes. "¡No, porque el perro no lleva casco!", exclamó uno de los chavales.
Para terminar el taller tomó la palabra la comisionada de Seguridad Vial de Galicia, Natividad González Laso, que mostró su apoyo a la iniciativa de Stop Accidentes y presentó la campaña Faite ver de la Xunta. Este proyecto busca concienciar a los peatones de la importancia de utilizar reflectantes para evitar los atropellos. Para eso repartió bandas y chalecos entre los alumnos, y les pidió que los compartiesen con todos sus familiares. González Laso declaró que "es posible eliminar la siniestralidad de las carreteras, pero para eso es necesario que la sociedad se conciencie". La comisionada pretende "trabajar desde la base de la educación" porque así se puede formar a los "futuros conductores".
También hubo reparto de material por parte de Stop Accidentes. La organización regaló a los alumnos un cuento infantil escrito por Jeanne Picard y unas bandas reflectantes de colores para pegar en la ropa. Cargados con todos sus premios, los niños volvieron sonrientes a las aulas. Y prometieron enseñarles a sus padres y familiares todo lo que habían aprendido en el taller de seguridad vial.
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