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Reportaje:El crimen organizado en Madrid

Ojos vendados, palizas y una pistola en la cabeza

Una mafia china secuestra a dos jóvenes asiáticos en cuatro meses

Trescientos mil euros por secuestro. Ésta era la tarifa establecida por una banda de ciudadanos chinos que se dedicaba a secuestrar en Madrid a compatriotas, preferentemente niños o jóvenes. Así lo hizo en dos ocasiones: una el pasado octubre y otra hace 10 días. En ambos casos, la policía logró liberar a los rehenes indemnes y sin que sus familias abonaran ni uno de los 300.000 euros exigidos.

"Todo fue muy rápido". Es lo único que podían recordar ayer los vecinos del número 1 de la calle del Doctor Fleming de Illescas (Toledo) sobre la operación de los GEO de la policía que liberaron a últimas horas de la noche del pasado lunes a un joven chino que había sido secuestrado el pasado día 3 en Madrid. La operación, "limpia y sin problemas" según fuentes policiales, se saldó con la captura de los dos orientales que mantenían maniatada y amordazada a la víctima, así como de otras 14 personas.

Los delincuentes exigían su tarifa habitual: 300.000 euros
El joven rescatado estaba atado de pies y manos y había sido golpeado
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En la madrugada del pasado 4 de enero, una ciudadana de origen chino denunció en la comisaría de Usera la desaparición de su único hijo, J. Z., de 18 años. La denunciante explicó que éste había salido a cenar y que la familia no había vuelto a saber nada de él hasta que, sobre las once, recibió dos llamadas telefónicas de un compatriota que, desde el propio teléfono de su hijo, exigía un rescate de 300.000 euros por su liberación.

Rápidamente entraron en acción la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, el Grupo V de Extranjería y Fronteras -especializado en mafias chinas- y la Sección de Secuestros y Extorsiones de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV).

La madre pensó en la posibilidad de que su hijo hubiera quedado con alguien tras encontrar en su habitación una foto de una joven de rasgos occidentales. Sin embargo, la policía averiguó que el muchacho había salido sobre las ocho de la tarde del 3 de enero tras recibir una llamada telefónica, que resultó ser de uno de los secuestradores, quien se hizo pasar por una joven que quería conocerle.

El rescate que los secuestradores pedían a la familia del rehén, según fuentes policiales, rebasa con mucho su capacidad económica. Eso es lo que mantenían los padres del joven, con un almacén de ropa en La Moraleja y un bazar en Villaverde. Pero los criminales, lejos de rebajar sus exigencias, empezaron a presionar a la familia: en dos ocasiones, a través de una webcam, mostraron al chico con los ojos vendados, a la vez que éste hipaba e imploraba que pagaran el dinero porque estaba siendo maltratado. Para dar más convicción a las amenazas, uno de los guardianes llegó a colocar al rehén una pistola en la cabeza.

Mientras el padre del chico intentaba reunir el dinero entre sus amistades, los policías llegaron a controlar varios intentos de pago en Nueva Numancia y otras zonas del distrito de Vallecas, que finalmente no se llegaron a consumar.

Las pesquisas condujeron hasta una banda de delincuentes orientales que ya había intervenido el pasado octubre en otro secuestro de un niño chino de 13 años, hijo de un empresario residente en Pinto. En esa ocasión, los malos exigían su tarifa habitual: 300.000 euros. Dos de los integrantes de ese grupo criminal -el ideólogo y el ejecutor- habían logrado escapar de la policía. Uno de ellos había alquilado recientemente un piso en Illescas, y eso fue la pista definitiva.

La vivienda solía estar con las persianas bajadas. El pasado lunes salieron de allí tres individuos, portando uno de ellos un ordenador portátil, junto con uno de los principales sospechosos. Subieron a una furgoneta con los cristales tintados y se trasladaron a Madrid, en donde se reunieron en un bar de la calle de Marcelo Usera con el otro identificado, considerado por los investigadores como el ideólogo. Todos ellos, domiciliados en la calle del Rutilo, fueron inmediatamente detenidos y llevados a la Comisaría General de la Policía Judicial. Poco después fue capturado el hombre encargado de recoger el rescate, así como a otros asiáticos ligados a la banda.

El joven fue rescatado por los GEO en Illescas tras solicitar a un vecino que les franqueara la entrada al portal. Estaba en una litera, atado de pies y manos. Relató a los policías que sus guardianes -dos corpulentos gorilas- acababan de pegarle, que había estado con los ojos vendados y que sólo le daban de comer una vez al día un trozo de pan y un poco de agua. En la vivienda fue hallada una pistola, capuchas, cuerdas, navajas, la documentación del secuestrado y somníferos.

Agentes de la policía detienen a un miembro de la banda que secuestraba jóvenes chinos.
Agentes de la policía detienen a un miembro de la banda que secuestraba jóvenes chinos.EFE
Atado de pies y manos a una litera. Así ha estado durante 10 días un joven chino de 18 años, secuestrado en Madrid y liberado horas por los GEO. Le pegaban todos los días y casi no le daban de comer. Los secuestradores grababan las vejaciones para enviárselas a su familia, que regenta una tienda de ropa. Les exigían 300.000 euros de rescate.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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