Cita con el maltratador alegre

Tipos como Gilles, protagonista de Dónde Desdémona, abundan: encantadores en público, terribles en la intimidad. De día presenta un programa televisivo, de noche aterroriza a su mujer. Como todo psicópata, es incapaz de ponerse en la piel del otro: destruye cuanto ama. Susana Sánchez, autora de 34 años, lo retrata por dentro, nos hace ver el mundo desde su mirada enloquecida, sin llegar a preguntarse qué lo mueve. Lo muestra en su salsa, esperando a su víctima, a lo largo de un espectáculo hiriente, provocador, escrito sin sordina y sin miedo a que resulte políticamente incorrecto: a veces se recrea en la violencia hasta la náusea. Incomoda y desasosiega, pero no conmueve porque ninguno de sus personajes despierta nuestra simpatía. Tanto horror sin contrapunto, satura.

Por economía, Ismael Moreno asume todos los papeles, algunos desdoblándose en vídeo. Eso no siempre funciona, aunque el vídeo es bueno y él tiene un poderío físico enorme, que luce sobre todo al final. Este espectáculo es todo exposición: un retrato robot del maltratador celoso, pero resulta valiente. Si le meten tijera (sobran las razones de Eva, y el epílogo) correrá mejor y no dejará tan desconcertado a un sector del público como el día el estreno.